La Pocha Nostra, el arte inter-indisciplinado

50 artistas de 10 países conforman el colectivo

por Alondra Jiménez

  · viernes 21 de diciembre de 2018

El objetivo fue conceptualizar formalmente las colaboraciones de Gómez-Peña con otros artistas de performance. / Cortesía Hache Herani

Como una organización del arte “inter-indisciplinado” de performeros, actores, cineastas, fotógrafos, teóricos y bailarines rebeldes, es como el artista Guillermo Gómez Peña define a la tropa de La Pocha Nostra, un proyecto que nació hace 25 años y que se ha consolidado como la más influyente en Latinoamérica en los últimos 10.

Guillermo Gómez-Peña es un artista, activista, escritor y educador chicano cuya obra se compone de la experimentación con múltiples medios: video, radio, poesía radical, fotografía y mayormente arte de performance. La mezcla de una estética experimental, políticas activistas, humor en spanglish y participación del público, ha contribuido de manera significativa en torno a las discusiones y debates culturales globales a través de más de 30 años.
En 1993, Gómez-Peña, Roberto Sifuentes y Nola Mariano fundaron La Pocha Nostra en Los Ángeles, California. El objetivo fue conceptualizar formalmente las colaboraciones de Gómez-Peña con otros artistas de performance y desde entonces se han convertido en uno de los grupos artísticos de mayor impacto en el mundo del arte contemporáneo.

En entrevista con Guillermo Gómez Peña y Saúl García López a.k.a “La Saula”, codirector artístico de La Pocha Nostra hablan de los 25 años del colectivo, el performance, la evolución de su visión y la forma de abordar algunos temas en la actualidad.

¿Cómo definirían al performance?

Es la cartografía del arte. Ni es poesía, ni artes visuales, ni danza, ni nada, es como la pornografía del arte, siempre es la disciplina que trata de exponer lo que no todos nos estamos atreviendo a decir y que está latente.

Su práctica artística se ha desarrollado fuera de México, haciendo el tema de la migración el tema central de su arte, ¿cómo ha evolucionado?

Empezamos en la frontera mexicoamericana tratando de destruir los mitos de la frontera como un espacio de criminalización de la identidad nacional, como una línea que divide a dos países, a dos realidades como binarias.
Hemos buscado repensar a la frontera como un espacio de posibilidades utópicas como un espacio de reinversión de la identidad y como un centro de encuentro artístico y claro, tantos años después descubrimos. La Pocha Nostra ha seguido explorando muchos temas, los efectos de la globalización descarrilada, las políticas de género que han sido en los últimos 10 años uno de los temas principales, destruir a las nociones binarias y buscar nociones mucho más fluidas y complejas, explorar la cultura de la violencia generada por el narco y la nueva migración de los mexicanos de los estados unidos que ya somos exiliados de la violencia. La Pocha Nostra ha cambiado y las nociones de frontera se hacen más binarias, ortodoxas el ejemplo más palpable es el proyecto imaginario de Trump.

Es justo lo que la Pocha quiere destacar que la frontera es un lugar hibrido más que un límite es una posibilidad de crear visiones utópicas de diplomacia humana donde podamos convivir de una forma mejor y desestabilizar esos binarios fronterizos.

Esta es la mejor manera de contar esta historia de quienes somos en este momento es a través del arte del performance la utilización del cuerpo como una metáfora del cuerpo social y de pensar que las guerras que acontecen en la sociedad se reflejan en nuestros cuerpos.

¿Cómo abordarlo hoy en día?

Ahora es un tiempo particularmente intenso, por un lado el efecto Trump: una mexifobia, un racismo exacerbado, una cultura del pánico hacia la otredad hacia la diferencia la diferencia racial, de género y religiosa; y a la vez un extraño momento de cambio con AMLO que promete un país con posibilidades utópicas donde se atenderán las exigencias de los desheredados.

Saúl: siguiendo las palabras de Guillermo es un momento social y político muy importante, muy retador para nosotros como cruzadoras de fronteras y establecer vínculos que faciliten la comunicación y el dialogo más directo como una forma de retar la políticas de Trump que definitivamente rechazamos porque crean unas divisiones imaginarias.

Bueno, y ¿cómo van a celebrar los 25 años?

Estamos preparando una exposición de fotoperformance itinerante que estará en Estados Unidos, Europa y llegará a México para el Cervantino.