Hasta hace algunos años, el cine moderno utilizaba la musicalización solo para adornar algunas escenas de las películas, pero recientemente, las bandas sonoras han retomado protagonismo en la pantalla grande, así lo explica el músico Miguel Ángel Villanueva Frías, quien recientemente presentó un performance en la Galería Libertad, donde musicalizó Nosferatu (1922), clásico del cine mudo alemán.
“A veces se piensa en la música solo para adornar, pero últimamente vuelve a prestarse mucha atención en la música, sobre todo al silencio que también es muy importante. En el cine contemporáneo hay autores que utilizan la música para crear el enfoque que necesitan y lograr la imagen que quieren. El cine se compone de imagen principalmente, pero sin la música estas imágenes no lograrían la intensidad buscada, eso es algo a lo que se le vuelve a dar importancia”, refiere.
Y para demostrar la importancia de la música en cualquier historia cinematográfica, acompañado de su teclado, sintetizadores y una computadora, el artista musicalizó en vivo este clásico del cine alemán, dirigido por Friedrich Wilhelm en 1922, basándose en la novela Drácula de Bram Stoker.
Sin embargo, refiere el artista, copias de esta película fueron destruidas en varias ocasiones debido a que no se habían pagado derechos de autor.
Contra todo, el filme sobrevivió hasta nuestros días y hoy se reconoce como una obra maestra, por lo que aún se realizan homenajes de este tipo para celebrar los 100 años desde su estreno.
“Es una película que tal vez nunca hubiera existido, fue perseguida porque (los creadores) nunca pagaron derechos de autor, el gobierno inglés hizo todo un juicio y dictaminó que se quemaran y que desaparecieran todas las copias y negativos de esta película; sin embargo, una de estas fue resguardada, y años después, cuando todo mundo estaba muy decepcionado por la pérdida de esta gran obra, de repente apareció en Europa.
“Incluso en México, cuando se quemó la Cineteca Nacional en los años 80 –un incendio en el que se perdió toda la producción y lo que se tenía resguardado–, entre los escombros encontraron un par de latas con dos cintas, y una de ellas era la de Nosferatu”, señala Miguel Angel, que ya ha musicalizado otras películas de este tipo, aunque la mayoría solo con música electrónica.
Para Miguel Ángel Villanueva, componer piezas únicas y originales para musicalizar en vivo esta película fue un reto que disfrutó, pues se inspiró en las raíces musicales de Querétaro, logrando una versión en la que conviven por igual sonidos clásicos y electrónicos.
“Esta musicalización es muy especial porque estoy tratando de capturar la atmósfera de Querétaro, la música encaja mucho con la influencia que tiene Querétaro de la música barroca, así como del impresionismo y Renacimiento; quería captar esa atmósfera con un sonido neoclásico, para dejarla plasmada en este homenaje.
“Tomé como base los tiempos de la intensidad dramática de la película, en lugar de componer por cada personaje o por escena, empecé a abarcar grandes secuencias que tuvieran cierto aire y ritmo, con eso hice las partituras y a partir del piano fue que agregué otros adornos orquestales y ensambles de cuerdas”, comenta.
Aunque todavía no se tienen fechas programadas, Villanueva planea realizar más musicalizaciones de Nosferatu a lo largo de todo el año, y a finales de este mes anunciará la musicalización en vivo de la película.