De figura esbelta, cabello rubio y actitud amable, Karla Holt toma una pose cómoda sobre el sillón, para compartir sobre su proyecto musical, que más allá de una propuesta, es un concepto, que ella misma define como libertad.
Con los párpados ensombrecidos de negro y los brazos decorados con figuras que evocan al mundo musical, luce tatuajes que cubren casi toda la piel de sus extremidades superiores.
“Al principio me tatuaba cosas chiquitas, pero cuando empecé con diseños grandes mi familia se sorprendió; les expliqué que era algo que siempre me había gustado”, dice señalando los dibujos del piano, el cassete, el acetato, el pentagrama y elementos que tienen que ver con su vocación, muchos de ellos inspirados en épocas vintage.
Sin embargo, otra lucha de Holt se refleja en su primer sencillo “Que quede claro”, tanto en la letra como en el video. “Es una cuestión personal porque yo pasé por complicaciones de aceptación y al final todo resultó muy bien, pero a mucha gente cercana le costó mucho, entonces lo consideré un buen tema”, dice y se confirma gay.
“En cuestión de preferencias sexuales yo soy totalmente abierta, a mí no me fue tan mal, pero también hay cuestiones muy complicadas en el tema del físico, que creo debe ser más relajado y permitir que fluya”, abunda.
El sencillo “Que quede claro” inicia con arreglos estilo pop con la voz de Karla: “Aún queman los pecados que ayer estaban en mis manos, y por tenerlo miedo a perder no pude cometer”, se escucha y continúan coreografías y escenas sensuales de ella con otras mujeres para estallar con el coro, 100% bailable.