México, (Notimex).- En el 10050 de Cielo Drive, Benedict Canyon, en el norte de Beverly Hills, en Los Ángeles, California, se produjo uno de los más sádicos asesinatos de la historia, tras lo cual comenzó una oleada de pánico en Hollywood; entre las víctimas se encontraba la actriz Sharon Tate, quien tenía 26 años y ocho meses de embarazo.
Fueron 16 puñaladas las que recibió la también modelo estadounidense la madrugada del 9 de agosto de 1969, y su sangre fue utilizada para escribir “Pig” (cerdo).
Los autores, cuatro integrantes de la secta “La Familia”, adoradores de Charles Manson, entraron a dicho domicilio armados con cuchillos en una época en la que abundaban los lemas de “amor y paz”, de la cultura hippie.
Era la casa de Roman Polanski y Sharon Tate. El cineasta se encontraba de viaje mientras su esposa cenaba con unos amigos. Han pasado 50 años del asesinato.
A esa cena también estaban invitados Bruce Lee y Steve McQueen, quienes no pudieron asistir. Al ser un experto en artes marciales y exmiembro de Los Marines, respectivamente, las fantasías justicieras no se hicieron esperar y los colocaban como héroes de la noche, ya que de haber estado ellos, relataba la gente, otra historia hubiera sido la de esa noche.
Sharon Tate en Hollywood
Una historia de mucha violencia y sangre, elementos que generalmente ocupa Quentin Tarantino en sus películas, fueron determinantes para que el realizador no dudara en incluir ese acontecimiento en su producción más reciente Once Upon a Time in Hollywood, protagonizada por Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie, quien interpreta a Tate.
La película debutó en la segunda posición de la taquilla en su estreno en Estados Unidos con un estimado de 40.35 millones de dólares y llegará a las salas cinematográficas de México a finales de este mes.
De acuerdo con la sinopsis, el filme está ambientado en la época de los 60, durante los asesinatos de la familia Manson y cuando la industria empezaba a olvidarse de los pilares clásicos.
Sharon Tate, nominada al Globo de Oro en 1967, era considerada una de las actrices más prometedoras de Hollywood, y hasta hoy en día se llevan a cabo exposiciones en su honor.
Una inspiración en la moda y el cine
El año pasado, el Museo de la Moda inauguró la exposición “Sharon Tate: celebrando su vida”, que incluyó prendas de su vida cotidiana como vestidos, minifaldas y accesorios, y se entraba en la belleza y estilo de la modelo.
Nacida en Dallas, Texas, el 24 de enero de 1943, Sharon Marie Tate apareció por primera vez en la televisión en 1963 con dos pequeñas intervenciones en la serie Mister Ed, tiempo después se convirtió en “Janet Trego” para Los Beverly Ricos (1963-65).
Tras acaparar cientos de portadas de revistas, Eye of the devil supuso su debut en el cine en 1967; las imágenes de esta película de terror satánico que incluía rituales, serían ocupadas después para acusarla de satanista.
Ese mismo año protagonizó también Don't make waves, Valley of the dolls, por la que fue nominada al Globo de Oro, y Dance of the vampires, de Roman Polanski.
El 20 de enero de 1968, Sharon se casó con el cineasta Polanski en Londres, rodeados de conejitas de Playboy y grandes celebridades de Hollywood; ese año llegó a los cines The wrecking crew, en la que compartió créditos con Dean Martin.
La película de comedia y aventura 12 + 1 (1969) se convirtió en la última de su filmografía.
Con su figura estilizada, cabello rubio, nariz perfilada y ojos grandes, Sharon Tate se abrió paso en el mundo del cine y la moda, incluso ejemplificó el “auténtico espíritu de la chica californiana, más bohemio y relajado”, destacó la revista Vogue.
Tate lucía un corte más casual y un guardarropa mucho más femenino, marcado por minivestidos de corte camisero y potentes estampados, que al paso del tiempo se convirtió en un icono de la moda en los años 60 e inspiración en el cine.