Del 4 de junio al 2 de agosto arribará a la ciudad “Teatro de una noche de verano”, un ciclo teatral impulsado por Catamita. Bajo la curaduría Juan Carlos Franco, director de la compañía queretana, presentará nueve obras provenientes de cuatro puntos de la república: Ciudad de México, Puebla, San Luis Potosí y Guadalajara. Con el objetivo de mostrar el trabajo en materia escénica que se realiza en el centro del país.
En entrevista con Franco, habló respecto a esta iniciativa y las obras que se presentarán en el Museo y Teatro de la Ciudad
¿En qué consiste "Teatro de una noche de verano" y cómo fue que surgió?
Es un ciclo de teatro que quiere traer obras de otras ciudades a Querétaro. Cuando todavía no sabía que quería hacer teatro, en Querétaro había muchas opciones para ver teatro de fuera del estado, empezando por el Festival de Joven Dramaturgia, donde pude ver, por ejemplo, el estreno de “Más pequeños que el Guggenheim”. Pero también, gracias a los apoyos que había en sexenios anteriores, giraban mucho más fácilmente algunas obras. Así pude ver, por ejemplo, “El evangelio según Clark”, una obra de Richard Viqueira que me marcó muchísimo. Últimamente están los esfuerzos de la Cruzada Central por el Teatro de Atabal o el EITAI, que son esfuerzos increíbles con obras destacadas a nivel nacional. Pensamos que, sobre todo frente a los embates presupuestales (este año el FJD sólo trae una puesta en escena, a diferencia de seis del año pasado) y el fracaso curatorial de iniciativas como el Festival Internacional de Artes Escénicas, valía la pena ofrecer un ciclo de esta naturaleza.
¿Cómo se realizó la curaduría, hay alguna tendencia temática o estética?
La idea central fue dar un panorama general del teatro que se hace en el centro del país, haciendo énfasis sobre todo en la creación joven, original y que dialoga con su contexto. En cuestión de poéticas hay un poco de todo: dramatugias más experimentales, escenas cercanas al performance o la instalación, indagaciones actorales y corporales profundas, exploraciones audiovisuales. Lo central era traer estas obras de gran calidad y proponerlas a un público queretano que busca más y mejores propuestas culturales y de entretenimiento.
¿Cuál es la trascendencia de este ciclo teatral que incluye algunas de las obras que formaron parte de la 38 MNT?
He tenido la oportunidad de estar en las dos últimas muestras nacionales, primero como becario y después como creador. Fue una experiencia increíble poder ver tantas obras de tanta calidad, tantas poéticas puestas en juego en el mismo lugar. Ahí vi Shift y suprimir y Bare Knuckle. De alguna manera la experiencia en esas muestras es lo que originó el ciclo: la posibilidad de tener acceso a obras tan importantes en un mismo lugar.
¿Cuál es el lugar que busca ocupar?
No busca reemplazar nada. Más bien el objetivo es desmitificar el teatro frente al público, alejarlo de una noción de alta cultura, de intelectualidad que, si bien puede tener, le ha hecho muy mal a la idea que tiene el público del trabajo que hacemos los creadores escénicos. Este teatro es, sobre todo, entretenido. Las obras están dialogando con nuestra realidad, tanto en forma como en fondo, pero lo hacen sobre todo de manera que son una gran forma de pasar una noche de vacaciones.
¿Hay planes para que esto se repita anualmente?
Primero queremos ver cuáles son los resultados de ésta, la primera edición. Ojalá que sea algo que se pueda repetir. Ojalá que tenga más apoyo, que los artistas puedan viajar con mayores comodidades, que tenga un alcance mayor en cuestión de producción, pero lo primero es que al público le guste esta edición, que las salas se llenen. Ojalá.
