Presentan el libro “Jacinta, la niña hñähñö”

Como parte de las actividades de la semana cultural de la Universidad  Autónoma de Querétaro (UAQ), en donde en un inicio resaltó la trascendencia que ha dejado Macedonia Blas Flores

DOLORES MARTÍNEZ

  · martes 9 de abril de 2019

Este cuento resalta la lucha de los pueblos originarios, desde la perspectiva de un caso de discriminación en contra de una menor. Foto: César Ortiz

Se llevó a cabo la presentación del cuento “Jacinta, la niña hñähñö” y el activismo de Macedonia Blas Flores, luchadora de los de derechos de los indígenas de los pueblos originarios, en donde el doctor Angeluchy Sánchez González, escritor del cuento, expuso algunos de los problemas a los que se enfrentan las artesanas del municipio de Amealco de Bonfil, con tal de salir adelante con sus familias.

Lo anterior como parte de las actividades de la semana cultural de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), en donde en un inicio resaltó la trascendencia que ha dejado Macedonia Blas Flores, al ser la primera mujer indígena que puso una denuncia en contra de su comunidad, al haber sido violentada bajo los usos y costumbres, luego de que la acusaran de adulterio y de haberle puesto una mezcla de chiles en los genitales.

Destacó que actualmente Macedonia, es la gobernadora de los Pueblos Indígenas en el estado de Querétaro, y tiene una asociación que tiene la finalidad de apoyar a mujeres en situación de violencia, además de ser artesana de textiles en la capital queretana.

“Ella, es una mujer noble, sencilla y humilde, y declara que se siente orgullosa de haber levantado la voz, porque después de ella hubo más denuncias. Ella dice que - el estudio ayuda, pero a veces la inteligencia de las personas es más-, con esta frase ha movido muchos corazones” .

Posteriormente, Angeluchy Sánchez habló sobre el cuento “Jacinta, la niña hñähñö”, en el que destacó un caso de discriminación en contra de una pequeña hija de artesanos amealcenses, llegó al Barrio de Dolores, en el Marqués, y cuando quiso ingresar a la escuela le pusieron muchos obstáculos por su vestimenta otomí, su lengua materna y porque era más grande para cursar la primaria, factor que inspiró a combatir este tipo de situaciones.

Enfatizó en que las mujeres indígenas de esta zona son hñähñö y no “Marías”, como tradicionalmente se les denomina, al precisar que este adjetivo no es correcto utilizarlo, puesto que a ellas mismas les molesta.

Por último, la niña Jacinta externó sus deseos por convertirse en abogada para seguir con la lucha de los derechos de los pueblos indígenas, e invitó a las personas a conocer sobre su cultura, y a que no las llamen Marías.