Uno de los personajes más queridos entre la sociedad queretana fue Roberto Rivera Domínguez, dicho su nombre tal vez pocos lo identifiquen, pero si decimos, ¡Flint! todos recuerdan al amigo, al eterno niño que recorrió las céntricas calles de Querétaro, saludando a sus amigas "Las Güeras" y los "Licenciados".
En las memorias del cronista Eduardo Rabell lo describe como un amable, carismático, tierno, sonriente, de la queretaneidad a quien Gilda García recuerda cómo Cano y Roberto Oviedo Medellín le dieron la oportunidad de "trabajar", algo que ponía orgullosisimo al Flint.
Otro recuerdo que fue del dominio público, fue cuando El Flint, se acercó a Mariano Palacios Alcocer cuando este era gobernador para pedirle trabajo, cuando el mandatario le preguntó de qué quería trabajar, el buen amigo le contestó con su característica personalidad: ¡pues dámela aunque sea de abogado!, así era, ocurrente y sin mayores pretensiones que pedir su "domingo" a las personas que lo identificaban.
Muchos lo recuerdan en la ex Prepa Centro, La Mariposa, El Jardín Obregón y todos los sitios donde se juntaban los jóvenes de la época. Eterno enamorado de Susy Proal, amigo cercano de Coco Ontiveros (QEPD), a quien le gustaba invitarlo a comer una gordita del Guerrero y una coca bien fría, además por supuesto posar para su lente. Dos queridos queretanos que seguramente se encontrarán en el cielo para recordar sus viejas glorias.
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Roberto "Flint" Rivera, nació un 28 de junio de 1951, desde hace algunos meses se encontraba enfermo en casa de su hermano Arturo y su familia. Trascendió que derivado de su enfermedad su familia buscó el apoyo de sus viejos amigos, al igual que en redes sociales.
Descansa en paz querido Flint.