Tras ser detenido el sacerdote que abusó de un menor de edad que participaba como monaguillo en la iglesia de la colonia Reforma Agraria, Fernanda Lazo, presidenta de Corazones Mágicos, hizo un llamado para que la Iglesia Católica colabore y los menores, víctima de abuso, accedan pronto a la justicia y a los padres de familia que siempre le crean a sus hijos.
La activista informó que fue desde el pasado viernes por la noche cuando fue detenido el sacerdote imputado y, como medida preventiva, se le impuso prisión y dos meses de investigación complementaria.
Lazo indicó que se estima que los abusos por parte del sacerdote iniciaron desde que el menor tenía alrededor de ocho y nueve años, y estos se mantuvieron durante tres años hasta que la madre se percató de las agresiones e ingresó en el 2019 una denuncia en la Fiscalía General del Estado.
La activista subrayó que la denuncia tardó en las instancias legales, debido a que la Fiscalía General del Estado argumentaba que, al ser un delito federal, debía atenderlo la Fiscalía General de la República, sin embargo, este caso se aceleró, tras la llegada de una nueva fiscal a la Unidad número cuatro para la investigación de delitos sexuales.
“Ya cumplió dos años la denuncia puesta en la Fiscalía (…) los procesos deben de acelerarse y, además, por proteger a otros niños y porque los niños que han sido víctimas de este tipo de hechos puedan acceder a la justicia”, enfatizó.
Asimismo, apuntó que sostendría una reunión con la diócesis de Querétaro sobre el juicio canónico para que sea expulsado el agresor de la Iglesia, en este sentido, enfatizó que las autoridades eclesiásticas pueden acercarse a las víctimas y sus familias para que los menores estén protegidos y puedan acceder a la justicia.
“El llamado a los padres de familia es siempre les deben de creer a sus hijos. Los niños no tienen por qué inventar una situación de esta naturaleza (…) me preocupa la cantidad de niños que no son creídos por sus padres”, alertó.
Por último, Lazo recordó que, mensualmente, Corazones Mágicos atiende a alrededor de 170 menores víctimas de agresiones sexuales y, de acuerdo con estadísticas del año pasado, el principal agresor fueron los padres biológicos, aunque también se identificaron tres casos de madres agresoras.