Hay opiniones divididas entre las personas consumidoras de tabaco, pues hay quienes dicen entender el por qué de las restricciones que recién entraron en vigor, mientras que la mayoría refiere desconocer las prohibiciones.
A pesar de ser fumadora frecuente, Paloma refirió estar de acuerdo con la prohibición de fumar en espacios públicos, puesto que, en su experiencia, las personas tienden a tirar las colillas de sus cigarros en las calles, lo que provoca contaminación al medio ambiente.
No obstante, José consideró que su consumo tendrá que disminuir por las restricciones que se contemplan en el reglamento, puesto que usualmente consume de cuatro a siete cigarros al día y la mayoría es durante sus trayectos de trabajo, mientras camina.
“Hay veces que en espacios públicos sí te dan ganas de aventarte un cigarrito, pero ahí lo que puedes hacer es tratarte de ir más lejos (…) aún así se va a sentir incómodo porque es lo que buscamos, seguramente habrá alguno al que le va a valer”.
Por otra parte, Cristina, una fumadora asidua, refirió desconocer las medidas, pero al saber que no podría consumir tabaco en la vía pública, aseguró que a la larga no le afectaría, puesto que usualmente fuma en su casa.
Además de los negocios de los restaurantes ubicados en el Centro Histórico de la capital queretana en los que ya había letreros de no fumar, en la última semana se han sumado los establecimientos en los que se encuentran las señalizaciones.
Los meseros y personal de restaurantes han referido que usualmente los clientes fumadores de tabaco comprenden cuando se les hace la petición de no fumar al interior, que ya existía desde hace algunos años; sin embargo, manifestaron que es con los consumidores de cigarros electrónicos con quienes han encontrado resistencias.