El Vivero Municipal de Querétaro se alista para las festividades del Día de Muertos con la producción de 30 mil plantas de cempasúchil, que serán colocadas en diversos espacios públicos de la capital.
De estas, 25 mil plantas serán distribuidas en plazas y parques, mientras que 5 mil quedarán en reserva para reponer aquellas que sean robadas, maltratadas o que mueran.
Julio César Perales, jefe del departamento de creación de nueva infraestructura, explicó que la producción de cempasúchil no solo tiene un valor ornamental, sino también un impacto económico positivo para el municipio.
“Cada planta en el mercado tiene un costo aproximado de 45 pesos, pero en el vivero logramos producirla por alrededor de 12 a 15 pesos, lo que genera un ahorro significativo para la administración”, detalló Perales.
El proceso de cultivo inicia en agosto, cuando las semillas son plantadas en un sustrato especial desarrollado en el vivero.
Fabián García, supervisor del vivero, comentó que este año se están manejando seis variedades de cempasúchil, entre las que destacan las Marigold Naranja, Inca Oro, e Inca Amarillo.
"La plantación comenzó el 20 de agosto y esperamos que las plantas estén listas para su colocación entre el 15 y el 20 de octubre", señaló García.
La producción no está exenta de retos, refirió García Tabares quien aseguró que uno de los mayores desafíos es garantizar que las plantas crezcan sanas y fuertes para resistir las condiciones climáticas y el maltrato que podrían sufrir en los espacios públicos.
“Hemos implementado medidas preventivas como la desinfección del invernadero y el uso de fertilizantes amigables con el medio ambiente”, explicó el supervisor.
A pesar de estos cuidados, las autoridades reconocen que algunas plantas suelen ser robadas o maltratadas una vez colocadas en los parques y plazas.
“Dejamos 25 mil plantas distribuidas, pero siempre tenemos un stock de 5 mil para reponer semanalmente aquellas que desaparecen o sufren daños”, mencionó Perales.
En cuanto al manejo de residuos, García indicó que, una vez que termina la temporada de Día de Muertos, las plantas de cempasúchil que no sobreviven se incorporan al proceso de compostaje del vivero.
“Las plantas se retiran y se llevan a la composta para mejorar el suelo, lo que cierra el ciclo de producción de manera sostenible”, explicó.
Por último, las autoridades del vivero destacaron que uno de los enfoques principales es minimizar la mortandad de las plantas durante el proceso de cultivo.
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"Nuestro objetivo es mantener una tasa de mortalidad inferior al 2%, lo cual hemos logrado gracias a los cuidados especiales y a las mejoras en las instalaciones del vivero", concluyó García.