No tenía que haber sido así, de hecho en este gobierno federal de Morena nada es como tiene que ser. Después de la consulta de revocación, de la que ya se habló lo que se tenía que hablar, venía una fecha crítica para el Presidente López Obrador; la votación de “La Ley Bartlett”, un proyecto de reforma constitucional al que la Cuarta Transformación está aferrada. Este tema energético para nada es tan mediático como la “re-campaña” presidencial que vivimos en estas últimas semanas donde por primera vez desde Porfirio Díaz, un presidente aparece en la boleta electoral, en fin.
Resulta que algo pasó o algo no pasó, entre el domingo 10 de abril por la noche y en el transcurso del lunes 11 de abril. La Sesión de la Cámara de Diputados programada desde entonces de manera curiosa para el martes de esta semana (santa), fue pospuesta y reprogramada de último momento al domingo 17 de abril; domingo de resurrección o bien domingo de pascua, una fecha poco común o quizá inédita para que los Diputados Federales acudan al pleno.
Morena ocupa dos terceras partes de la votación legislativa para que esta reforma se apruebe en San Lázaro. Es claro, clarísimo que hoy no las tiene consigo. Pero entonces por qué aplazar un resultado inminente, qué los llevó a estirar la liga con el argumento de ofrecer a las demás fuerzas políticas la oportunidad de tener más días para reflexionar su postura. ¿De cuándo acá la palabra reflexión convive con el régimen de Morena? Son unos cínicos.
El presidente López Obrador es como el niño que cuando va perdiendo en la cascarita de la calle, mejor vuela el balón. Así de fácil, así de sencillo. Su reforma no va a pasar lo sabe perfecto, sufrió un revés político más que un revés matemático el domingo pasado; está llevando a un día poco mediático su derrota legislativa; ya tiene un pretexto para los apagones, para que las tarifas suban y para seguir por el camino que tiene a México en condiciones alarmantes.
Así, de domingo a domingo el futuro de México y de muchas generaciones, a la espera de los tiempos políticos que se le ocurran a Andrés Manuel.
Nos leemos el próximo jueves.
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