Nada de malo tendría la necedad, si solo viviera dentro del necio.Santoveño.
Hasta donde yo me quedé los sexenios duraban seis años y no tres, la misma palabra no deja espacio alguno para la intuición, pero bueno. Así de absurdo, como todo en este gobierno de Morena; resulta que ahora nos recetan la cuarta (vaya fijación con ese número) campaña presidencial de López Obrador, veamos.
En el 2006 compitió pero no ganó, contra Felipe Calderón (PAN) y Roberto Madrazo (PRI); en el 2012 tuvo su segunda campaña presidencial (que tampoco ganó) en contra de Enrique Peña Nieto (PRI) y Josefina Vazquez Mota (PAN); la tercera y otrora más reciente campaña presidencial, fue en el 2018 donde ganó las elecciones compitiendo contra Ricardo Anaya (PAN) y Jose Antonio Meade (PRI).
Es marzo del 2022, y en estos momentos el presidente López Obrador está en lo que por todos lados parece su cuarta campaña presidencial a la que él llama “revocación de mandato”, solo que en esta ocasión está compitiendo únicamente contra su ego, es decir gana él o gana su ego; ¿les sigue sonando absurdo? No se apuren es una buena señal, es la consecuencia de un pensamiento lógico.
Buscando la parte seria del asunto, surgen al menos un par preguntas.
¿Por qué si es una revocación de mandato (que nadie pidió), se promueve como una ratificación de mandato o más bien una campaña presidencial a medio sexenio?
La respuesta es que son unos mañosos, y cambian la ley a su gusto, para cuando se les ocurre respetarla o aplicarla.
¿Es posible que se le revoque el mandato al presidente?
Sí es posible, pero no es probable.
Mientras, nos disfrazan el populismo de una noble democracia.
Y por cierto.
Sin afán de echarle sal a la herida, López Obrador logró ya dividir a quienes están en su contra. Si no me creen, respondan por favor ustedes mismos la pregunta:
¿ Este 10 de abril, votarán en la revocación de mandato?
Nos leemos el próximo jueves.
Twitter: @julio_cabrera