El que dirige el laboratorio es el mismo, no cambia; por ahí va rotando a sus “sientíficos” para hacer todo tipo de experimentos sin importar desde luego las consecuencias.
Sientífico, ca
1. adj. Persona que se dedica a decirle que «sí» a su jefe en cualquier tipo de experimento, circunstancia o tarea asignada. Regularmente egresado(a) de la “facultad de la 4T”.
Dentro de este espacio de ocurrencias, el rigor de la investigación básicamente no existe, y es que una vez que la disparatada idea se transforma en experimento, el resultado real es lo que menos importa, de hecho suele ser descartado por inercia. Sí, todo lo que tenga una mínima dosis de realidad, perturba al jefe.
La más reciente empresa, es uno de sus experimentos favoritos, porque la mezcla de reactivos en el tubo de ensayo genera mucho humo, y además conoce perfecto la reacción que provoca en ciertas personas, le divierte, le sirve y por eso lo hace tan a menudo.
Se viene una consulta que no es consulta, que es anticonstitucional en su intención, que solamente va a probar su estructura electoral, que le dará reflectores al “sientífíco” que se la encargó, por ahí también le renta en elementos para seguir culpando a lo que ya fue, y por qué no, de una vez golpear al INE con el pretexto de que gasta mucho dinero.
Carajo, ¡como si la democracia tuviera precio!
Y por cierto.
Al dueño del laboratorio se le llena la gradilla, han sido muchos los tubos de ensayo, que ya no le queda espacio, y a la gente tampoco le queda paciencia…