Hay una frase en la atmósfera social de Querétaro, que parece que no se quiere ir porque la seguimos alimentando. Se ha vuelto creo yo una expresión de descontento genuina ante alguna experiencia propia vivida, pero también un instrumento útil para polarizar el ambiente.
Desde ya, digo que cada quien tiene la mejor opinión al respecto; yo solamente comparto lo que pienso. Veamos pues.
“En Querétaro no pasa nada”, que mal sería que en realidad esa fuera la frase con la que las autoridades nos gobernaran. Y qué peor que hubiera quien se la pudiera creer.
¿Sería bueno que en Querétaro no pasara nada? ¡Claro! – Pero sería aún más bueno que desechemos esa idea sin comprar una derrota anticipada. Me explico; nadie ha cambiado la realidad de tajo simplemente por no aceptarla. Y no se trata de que nos acostumbremos a que si algo malo pasa nos quedemos callados, nadie puede callarnos, solamente creo que es mejor expresarnos a partir del hecho y no de un deseo politizado que además no es cierto.
Mi manera de ser casi siempre se aleja de los “clichés” cuando quiero expresar una idea, pero de pronto también resultan ser útiles los ejemplos, por algo es que alcanzaron esa categoría, en fin. Que difícil debe ser incorporar una tarea más a nuestro día a día, sobre todo cuando esta época nos ha agudizado las prioridades más comunes, como el tema económico, el tema de la salud, el comportamiento colectivo después de un confinamiento. En pocas palabras, si tengo que buscar trabajo, pagar colegiaturas, comprar comida, atender la salud, cuidarme y cuidar a mis seres queridos, en dónde diablos puede caber la idea de pensar en qué ciudad quiero construir y que suma o resta para lograrlo. Por eso hay que hacer un esfuerzo, sí, también nos toca hacerlo. ¿Cómo? eso sí que es personal, pero bien necesario créanme.
Y por cierto.
Toda esta reflexión, viene a propósito de la presentación en días pasados del Centro de Formación, Evaluación y Profesionalización Policial del Municipio de Querétaro.
El presidente municipal Luis Nava, no solamente atiende el tema de seguridad desde la perspectiva de la gran obligación que representa hacerlo, sino que además lo hace con un enfoque humano hacia quienes desempeñan la labor de cuidarnos; lo digo porque no se trata únicamente de reclutar más elementos, de tener más armas o de comprar más patrullas, se trata también de brindarles las herramientas de preparación necesarias, a personas que como tú o como yo, también son seres humanos con necesidades que cubrir y que por supuesto también tienen gente que los espera en casa. El resultado será el de una policía con mayor confianza en sí misma y hecha para lo que debe ser.
Vale la pena también decir que a diferencia del panorama nacional, aquí no se improvisa con el tema de la seguridad, cuando hay errores (porque los hay) se aceptan, se atienden y se corrigen.
Nos leemos el próximo jueves
Twitter: @julio_cabrera