De haber sabido que iba durar tan poco este año
#Santoveño
Les platicaba la semana pasada que antes de llegar al 2024 en el ambiente político nacional, deberían de ocurrir muchas cosas. Comenzando por el orden del calendario. En la columna anterior terminamos un breve recorrido por el próximo año (2022), uno pensaría que en 8 días poco podría cambiar, pero al ya de por sí complejo horizonte opositor, se le sumaron unas recientes declaraciones de presidente nacional del PAN Marko Cortés que vinieron a provocar de todo tipo de reacciones, desde las molestias internas hasta la soberbia del régimen. Sin entrar mucho al tema, personalmente creo que si las declaraciones del presidente nacional del PAN se dieron en un entorno de análisis de la actualidad y en “privado”, pues lo único que hizo fue decir la verdad de lo que hoy se ve, que para nadie es noticia, ahí están los números. Desafortunado sí, que en ese caso se haya filtrado porque eso habla de otras debilidades que se tienen que atender en el lado de los azules. Y al final la verdad no peca, pero incomoda; dicen.
Quizá de pronto quienes tenemos la fortuna de vivir en Querétaro tal vez perdamos noción del panorama nacional, aquí hay un PAN sólido, porque hay un gobierno sólido y además hay una ciudadanía plural echada para adelante, por acá el futuro se antoja alentador para el Estado, pero fuera de aquí la cosa pinta muy diferente.
2023
Este año habrá elecciones en dos Estados de la república que renovarán el cargo del ejecutivo.
Por un lado la joya de la corona para el PRI pero ahora también para la narrativa opositora. El Estado de México representa una antesala de la sucesión presidencial por muchas cosas, entre ellas por la cantidad de electores que tiene esa entidad.
El partido tricolor tendrá seguramente que conformarse con compartir membrete en el mejor de los casos con una más que cantada alianza. De otra suerte no se ve manera de que se pueda vencer al partido de López Obrador.
Coahuila es hasta ahora el bastión priísta, ahí seguramente llevará mano el revolucionario institucional en elegir candidata o candidato y mal harían en confiarse y no ir en alianza, al final hoy se padecen solo las consecuencias de actos pasados, punto.
Entonces ya tenemos una breve perspectiva del 2022 y del 2023, la suma de lo que estos dos años nos arrojen marcará la pauta para el año 2024, donde el futuro de México se juega ahora sí su última carta. La sucesión presidencial a la que además habremos de sumarle la renovación de 9 gubernaturas, entre ellas la jefatura de gobierno de la CDMX en manos de Morena, y Estados electoralmente relevantes en número de votantes como Jalisco, Veracruz y Puebla.
Y por cierto
En los simbolismos de las fechas; ya pasó el primer mes de la nueva administración estatal en Querétaro. Y como lo escribí en este mismo espacio el 30 de septiembre, a la secretaría de gobierno llegó una experimentada mujer a los controles de la gobernabilidad del Estado.
Lupita Murguía ha mostrado apertura, diálogo y una eficaz vinculación con los temas sensibles.
Ya se sabía, solo había que demostrarlo y así está pasando, ese es el camino.
Nos leemos el próximo jueves
Twitter: @julio_cabrera