La necesidad llevó a Miguel Ángel González a crear juegos didácticos de madera y hoy, esos representan su medio de subsistencia.
A DIARIO DE QUERÉTARO narró que, junto a su esposa Consuelo Padilla, tenía una tienda de materiales didácticos para docentes, pero eran muchas cosas las que no existían en el mercado, por lo cual él mismo decidió crearlas.
Tras el éxito, desde hace 12 años dejó su negocio de materiales didácticos para ofrecer productos de madera destinados a retar el intelecto de las personas, algunos de los cuales adquiere directamente con los artesanos del país que los elaboran, mientras que la mayoría, el mismo los construye.
Los productos que elabora van desde lo más básico hasta lo más complicado, pues algunos son los tradicionales productos mexicanos; como trompos y baleros; hasta los más complicados: cuatro en línea, gato en tercera dimensión, los tronquitos móviles y “él come solo”.
Son juegos didácticos para ensartar, para ensamblar, para unir, son juegos didácticos para todas las edades: pequeños, desde dos años, hasta 100 años… es motricidad fina
Tener material que rete la inteligencia de los jugadores lo lleva a mantenerse constantemente actualizado, pues busca en internet cualquier diseño con el que pueda crecer la existencia de productos que él mismo elabora.
Ser quien construye la mayoría de los juguetes le permite acudir tanto a ferias como exposiciones, estas últimas a invitación de la Secretaría de Turismo de Gobierno del estado y fue también lo que le permitió ser uno de los locales que se instaló en el tradicional Mercado de La Cruz a la espera de ser visitado por los Reyes Magos.
Teníamos una tienda didáctica, y las maestras nos empezaban a pedir algunos juegos específicos, fue cuando empezamos a hacer de diferentes tamaños, porque nos los pedían de esa forma
Consuelo narra que “el gato tradicional” (de madera con canicas) cuesta 30 pesos, “las ranitas” a 45, que obligan “a llevar a las ranitas a su charco hasta el charco de las contrarias”.
“Una ranita puede avanzar o puede brincar, si tú te llegas a equivocar, ya no te puedes echar para atrás, esa es la regla principal del juego… nunca has visto una ranita que brinque para atrás… No es fácil”.
Entre esos juegos se encuentra un rompecabezas que, por 500 pesos, permite a su dueño ensamblarlo con ángulos de 60 y 30 grados.
“Nuestra línea es la activación de neuronas, eso es lo que nosotros pretendemos, y rescatar juegos muy antiguos, como es el trompo, el balero; casi todos nuestros juegos, buscamos en internet, que sean muy, muy antiguos, y que sean juegos matemáticos, de preferencia, para activar neuronas”.
Los papás compran los juguetes sólo a petición de los hijos, mientras que los adolescentes los buscan por cuenta propia, al igual que las personas de la tercera edad.
Remarcó que en el mercado de La Cruz sólo se establecieron por si los Reyes Magos quieren llevar juegos didácticos para sus hijos, de ahí que el seis de enero será el último día en el que tendrán ahí su puesto, sobre todo porque saben que al estimular la mente, ayudarán a la concentración de los niños.
Que les procuren acercar juegos didácticos para que sean niños concentrados, dedicados y con capacidad de analizar, para que puedan resolver sus problemas a la edad que tenga… Nuestro taller está en el municipio de El Marqués, en San Isidro, cerca del crucero de La Griega, cuando gusten, ahí los recibimos y les enseñamos a jugarlos
Entre los productos que adquiere a artesanos de otras partes del país destacan los juegos de ajedrez y dominó, que tiene tanto con madera como en combinación de madera y hueso, por lo que el precio va desde los 60 hasta los mil 500 pesos.