Durante el trimestre del pasado proceso electoral la población de la ciudad de Querétaro aumentó su percepción de inseguridad pública en un 12 por ciento, comparado con el mismo período anterior, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) publicada por el INEGI.
Las cifras refieren que en marzo pasado los números porcentuales indicaron que el 37.6 de la gente en zonas urbanas tenía una percepción de inseguridad pública. Posteriormente, los datos de junio arrojaron que el 42.2 por ciento de la gente percibe cierta inseguridad; es decir, el aumento es de 4.6 puntos que muestran ese 12 por ciento de incremento.
La misma encuesta hace un comparativo sobre los datos emanados en junio de 2023 con junio de 2024. El año pasado el 42.8 de los queretanos en zonas urbanas tenía una percepción de inseguridad, actualmente disminuyó con respecto al mismo período a 42.2, por lo que bajó seis décimas, que equivalen a 1.2 por ciento.
El estudio también indica que se registró un aumento de inseguridad en la población de 18 años y más que experimentó conflictos o enfrentamientos. En marzo pasado el porcentaje fue de 35.0 puntos, y ahora en junio creció a 47.2 por ciento.
Lo anterior indica que al aumento que se presentó en ese sector de la población en cuanto al haber experimentado específicamente conflictos o enfrentamientos, es del 25 por ciento.
El reporte del INEGI muestras que, en junio del presente año, el 59.4 por ciento de la población de 18 años y más de todo el país, residente en 91 áreas urbanas (ciudades) de interés, consideró que es inseguro vivir en su ciudad.
Igual menciona que en cuanto a la percepción de inseguridad en espacios físicos específicos, en este último trimestre, el 67.9 por ciento de la población expresó sentirse insegura en los cajeros automáticos localizados en la vía pública; 62.7 por ciento, en el transporte público; 53.7 por ciento, en la carretera y 52.9 por ciento, en el banco.
Durante el trimestre en el que se realizó el proceso electoral, el 44.4 por ciento de la población de 18 años y más, residente en las ciudades objeto de estudio, dijo que modificó sus hábitos respecto a llevar cosas de valor, como joyas, dinero o tarjetas de crédito, por temor a sufrir algún delito.
Además, el 39.3 por ciento cambió rutinas en cuanto a permitir que sus hijos o hijas menores salieran de su vivienda, 38.8 por ciento reconoció haber cambiado hábitos en cuanto a caminar por los alrededores de su vivienda después de las ocho de la noche y 24.3 por ciento cambió rutinas relacionadas con visitar parientes o amigos y amigas.
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