Los queretanos se enfrentan este año a una doble amenaza climática, marcada por un aumento de 5 grados Celsius en la temperatura promedio diaria durante el mes de mayo, superó la media nacional que fue de 3 grados más del promedio, según reveló la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Esta situación exacerba los desafíos ya existentes en la región, donde la intensa ola de calor causa estragos significativos.
Querétaro, Hidalgo, Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Morelos y Ciudad de México son los seis estados que han registrado las temperaturas más altas en los últimos meses. Esto se debe a las bajas precipitaciones y a las temperaturas extremadamente altas; estas regiones están experimentando sequía de moderada a excepcional en su totalidad.
Los seis estados vivieron un mes de mayo seco y anormalmente caluroso en comparación con años anteriores.
Aunque el resto de la región centro del país recibió lluvias acumuladas, estas apenas alcanzaron el 25 por ciento del promedio mensual esperado. De acuerdo con la Conagua, el sistema de alta presión continuó dominando el clima, provocando la persistencia de ondas de calor que han establecido nuevos récords de temperatura en la mayor parte del país.
Además, más del 60 por ciento del país experimentó anomalías de temperatura mayores a 3 grados Celsius por encima del promedio. Las regiones más afectadas no fueron únicamente las del centro, sino también las del noreste, la región del Balsas, el Golfo de México y la Península de Yucatán, donde se han registrado más de 20 días con temperaturas diarias superiores a los 40 °C.
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La situación climática actual en México refleja un escenario preocupante marcado por altas temperaturas récord y una sequía severa que afecta diversas regiones del país, señala.
Y advierte que los impactos del cambio climático se hacen evidentes con el aumento significativo de la temperatura media y la persistencia de condiciones climáticas extremas, por lo que la cooperación a nivel nacional e internacional será fundamental para desarrollar soluciones sostenibles que fortalezcan la resiliencia frente a eventos climáticos cada vez más intensos y frecuentes.