El cultivo de traspatio o los llamados huertos urbanos son espacios al aire libre donde se cultiva todo tipo de vegetales y semillas de forma continua, como es el caso de la marihuana.
Y en Querétaro crece la población que busca la manera de consumirla, ya sea por simple apego a lo agrícola, por postura política o por simple pasatiempo. Esta planta los une.
Juntos aprenden sobre los componentes de la marihuana, el procesos para su cultivo y cuidado y posteriormente fumarla, comer o usar como un producto derivado. Las posibilidades de esta planta son gastronómicas, textil con el cáñamo, farmacológica con sus derivados y de forma recreativa fumándola.
Para los más asiduos consumidores es toda una forma de vida, pues influye en sus relaciones y entender los efectos de esta planta les ayuda a contradecir los estigmas que existen detrás de su consumo. Ahora que se habla sobre su despenalización ha cobrado relevancia pública y una serie de opiniones al respecto.
Un consumidor de cannabis
José Roberto de la Vega es un consumidor habitual de cannabis desde hace 6 años y emprendió la labor de autocultivo para evitar la compra de este producto, así como resolver asuntos de salud como mantener su peso ideal y lidiar con su trastorno de déficit de atención.
“El cannabis acabó con mi grasa corporal a pesar de que como todo el tiempo. Si antes de comer consumes cannabinoides, que no es necesariamente ponerse pacheco, disminuyen tus niveles de colesterol en la sangre. Además, me ayuda a concentrarme. Soy muy hiperactivo y siendo programador de software es complicado mantener la atención”, añadió.
Las diferentes especies de marihuana que se pueden obtener varían dependiendo su uso. No toda las plantas, al consumirlas, generan los mismos estados de alteración: “No sucede con todos los tipos de cannabis. Hay que aclararlo. Hay para hacer ejercicio o para concentrarse. Para dormir o para tener sexo”.
ESTIGMAS Y ESTEREOTIPOS
Asimismo, señaló que el tema del autocultivo no necesariamente tiene que terminar como un asunto de narcotráfico, pues afirma que más que una alternativa a este tipo de negocios ilícitos permite que las personas no estigmaticen su consumo.
“Si bien las ganancias del narco antes eran de un 30%, actualmente representa menos del 8%. No es que le haga algo al narco, pero la parte importante es la manera en la que va a sanar a la sociedad. Hay que entender que en la mente en cuanto escuchas la palabra ‘guerra’ viene el miedo y eso crea violencia. Lo importante es quitar el estigma de que la marihuana tiene que ver con eso", refirió.
Comentó que al empezar con el autocultivo "era estresante", ya que tanto vecinos como familiares mantienen los estereotipos de violencia que hay detrás de las drogas y en el que engloban a la marihuana.
"¿Por qué? Si es una planta inofensiva. El estigma provoca que haya miedo hacia mi persona y por tanto violencia hacia mí. El autocultivo provoca que el estigma que tenemos no es real, que alguien que consume cannabis fuera de ser una persona que vandaliza, por el contrario, es una persona que no quiere salir, quiere estar tranquilo", comentó.
José Roberto de la Vega señaló que la marihuana no solo le ha permitido sobrellevar sus malestares de salud y psíquicos, sino que tiene muchas funciones en textiles y otras variables, por lo que apunta a que con el tiempo esto cambie y se logre aceptar a esta planta como parte de la vida cotidiana en las personas.
José Roberto buscó estar en el marco de la legalidad desde el principio, algo que no se ha posibilitado del todo debido a los trámites burocráticos, un tema puntual considerando que comenzó su proyecto “CBD Harbor” en el que busca vender semillas, productos tipo gotas de CBD y resina, por lo que se encuentra en la frontera entre lo legal e ilegal.
“En 2017 tuve la oportunidad de que el licenciado Juan de Dios Ortiz de la Vega me facilitara el proceso para solicitar una licencia con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) y de ahí obtuve la licitación para importar la semilla y consumirla sin ningún problema, pero no puedo venderla. Ahora tengo semillas tipo Godzilla Glue, que es una buena planta y esta en especial es traída de Alemania. Tiene un porcentaje de THC del 25%. Date una idea, la que se compra aquí en México, en la calle, tiene un 8%”, sostuvo.