Las calles del Barrio de La Cruz en el Centro Histórico de la capital queretana se volvieron a llenar de olores, colores, sabores y personas; después de dos años de suspensión por la pandemia de Covid-19, este lunes 12 de septiembre se inauguraron las primeras actividades de las fiestas del barrio.
Las figuras de los gallos monumentales coloridos en tonalidades rojas, blancas y amarillas de papel crepé y de china danzaron a los hombros de los que, comprometidos con preservar las tradiciones los pasearon por las calles alrededor del Templo de La Cruz.
La calle Manuel Acuña se volvió a llenar de la oferta gastronómica típica de las fiestas patronales queretanas: enchiladas, guajolotes, tacos dorados, gorditas, buñuelos, tamales y algunos puestos de hamburguesas y papas fritas alinearon la vialidad, cerrada para vehículos y dejada libre para peatones.
Entre música de banda, familias enteras reunidas con gallitos pequeños a escala de los monumentales, las decenas de personas se congregaron para luego pasar a la segunda parte del ritual: la velación que se lleva a cabo en el Barrio de San Francisquito, el eterno vecino de La Cruz.
Esta noche comenzará a erigirse el castillo que se quemará en la culminación de las festividades, en medio de las danzas, los cascabeles, los penachos y los tambores, para pasar a iluminar los cielos nocturnos con chispas de colores pirotécnicos.