Albricia, vara o carbón…
[…] “-Sois joven todavía, D´Artagnan –respondió Athos–, y vuestros recuerdos amargos tienen tiempo suficiente para convertirse en dulces recuerdos” Alejandro Dumas: Los Tres Mosqueteros.
Pasado / Presente
Jano tenía la virtud, según la mitología, de ver el porvenir y el pasado, por tal motivo se le representaba con dos caras. Su patronazgo corresponde al primer mes del año (en las construcciones mentales particulares o inducidas, hemos tomado como inicio y fin de ciclos sociales, escolares, académicos, personales y otros). Como y en el orden que sea; deseamos que los días, semanas, meses de la novel cuenta calendárica traigan renovados retos y esperanzas. De la misma manera que la visión del pasado nos sirva como experiencia de vida.
Cuentos y consejas
Los cuentos, consejas, leyendas que se urdieron a través de los tiempos al calor de las chimeneas en esos fríos inviernos europeos; fueron trasladados a estas tierras del trópico desde la conquista y posterior colonización del territorio que ahora conforma nuestra República Federal. En algunos casos las antiguas leyendas y mitos mesoamericanos se amalgamaron con tradiciones y costumbres europeas, orientales y africanas, confiriéndole un sabor y color local.
Durante el siglo XIX, nuevas migraciones de comerciantes, banqueros, empresarios, viajeros, pintores, grabadores, aventureros, buscadores de antiguallas, (alguno de ellos) pioneros de los servicios de inteligencia de las naciones poderosas incursionaron por las naciones transoceánicas. Trayendo en su bagaje las costumbres de sus terruños. Es el caso de La Befana, cuya descripción aparece en el Museo Mexicano, Miscelánea Pintoresca de Amenidades Curiosas e Instructivas, publicada en 1844:
Las principales tiendas de confiteros y comerciantes en juguetes para niños, […] están adornadas con guirnaldas y de oropeles, y en medio de los objetos de toda especie, puestos en venta, está colocada una mujer vieja, o un hombre, con vestido talar negro, y el rostro embarrado de hollín: este es La Befana (el macaco o fantasma) que bajó por la chimenea a la hora en que nació Jesús, para traer a los niños dulces y confites, si son estudiosos y obedientes, y castigar con una larga vara a los que no lo son. La carta que tiene La Befana, se supone haber sido escrita por un niño, pidiéndole el regalo correspondiente al día. En el interior de muchas casas de Italia, La Befana está sentada junto de la chimenea.
“Pancho Membrillo”
Entre muchos otros recuerdos que proyectan estas visiones del imaginario colectivo, tenemos las “normadoras” o “educadoras”, la recompensa-castigo; para que los niños se sujetaran a un mundo de adultos. “Hacer la tarea”, “estudiar” y “obedecer”. En caso contrario aparte del varazo, en lugar de regalo encontrarían un carbón.
Por cierto en nuestro país perduró muchos años el castigo con una vara de membrillo a los niños traviesos o “burros”. (Es reciente su erradicación de las escuelas) Guillermo Prieto al escribir “Los Cangrejos” por estas épocas 1852-54; hace alusión a “Pancho Membrillo” […] “si sale el chico malo / se le sacude fuerte” […]
Lo que nos espera…
En esta temporada de consumo, regalos, abrazos y proyectos, antesala de periodos pre-electorales, de proselitismo anticipado..., en las ficciones y visiones de nuestra sociedad ¿A quiénes les dejarán “varazo y carbón” y a quiénes se les cumplirá el deseo solicitado?
¿Cómo serán tasadas por La Befana el lavado de dinero, el desvío de recursos, las “narco limosnas”, las omisiones, la impunidad; el maniqueísmo de algunos medios convertidos en ministerios públicos, fiscalías y juzgados?; ¿A los que medran con los bots, cuentas de twitter y crean realidades alternas a través de las redes sociales y los memes? ¿A los secuestradores, los terroristas, los servidores públicos corruptos, los actores primos de “video escándalos”, los operadores políticos en sus tácticas y estrategias para crear y fomentar “guerras sucias”?
Algunos podrán objetar que son el arraigo del despiste o de alguna desobligación, lo cierto es que ninguna postura o actitud de demencia podrá justificar la decadencia que tristemente se deja ver. En conclusión, ellos tal vez recapaciten y supliquen una segunda oportunidad con clemencia, así que con esos episodios turbulentos, algunos otros adoptemos el don de calmar al tiempo a través de la templanza y resiliencia consciente, para dejar a La Befana que justiprecie y haga su labor, mientras tanto esperaremos…
¿A quiénes se les concederá? Albricia, vara o carbón…
Desde Anbanica - Teocalhueyacan. Enero de MMXX.