Natalia, la cuarta hermana Serdán

Redacción

  · viernes 24 de noviembre de 2017

Fotos: Especiales

Por Lilia Sevilla de Fish

No fueron tres, sino cuatro los  hermanos Serdán, quieneslucharon por  un México mejor. Máximo, Aquiles, Carmen yNatalia, mi abuela.

Con el anhelo de que se le reconozca y se le dé el lugar quemerece en el “Museo de la Revolución Mexicana. Casa de loshermanos Serdán” y en la historia como mujer primero, comopropietaria que fue de esa casa y como heroína, pues  participóactivamente en la preparación de la lucha armada, ofresco estasemblanza, pues la historia oficial solamente reconoce a tres delos cuatro hermanos Serdán.

Sobre Aquiles, Máximo y Carmen, así como de la tragedia mismaque se vivió en su casa, ahora Museo de la Revolución, se hanescrito muchas biografías y se han hecho  toda clase de estudios sobre sus vidas y muertes. ¿Y Natalia?

Mi abuela nace en Puebla el 29 de noviembre de 1875, es hermanade Carmen,  Aquiles y Máximo e hija de Manuel Serdán Guanes yCarmen Alatriste Cuesta.

El 29 de julio de 1897 Natalia  se casa con  el Lic. ManuelSevilla Rosales, un  culto y prestigiado abogado,  quien  leobsequia, como regalo de bodas, esta casa. Procrean cinco hijos:Manuel, Manuela, Natalia, Carlos (mi papá) y José. Posteriormentemi abuelo hace un testamento dejando la casa, en partes iguales, asu esposa Natalia y a sus cinco hijos.

En 1907, muere el Lic. Manuel Sevilla.

Todo esto está asentado en un panel  en la entrada delmuseo.

Desde pequeña,  de  mis tíos y primos oía las historias dela familia y como siempre me ha gustado la literatura, escribí unlibro en el que en pequeños pasajes,  cuento la historia de misancestros, pero sobre todo con la idea de que se conociera aNatalia, por eso lo titulé “Natalia serdán alatriste. Unaheroína desconocida” y como el que escribe no se puede apartardel texto, le añadí: “Hilos imaginarios de historiasverdaderas”.

Con motivo del centenario de la Revolución mexicana, hubo unconcurso a nivel nacional que se llamó “mil conferencias, unahistoria que  contar” convocado por el ISSSTE. Gané dichoconcurso en la ciudad de Querétaro, donde actualmente resido. Laperiodista de Diario de Querétaro, Lic. Margarita Ladrón deGuevara, me hizo una entrevista en mi casa. El libro se imprimióen Puebla y fue presentado por Blanca Alcalá Ruíz, presidentamunicipal de esa ciudad y yo, desgraciadamente no pude asistir,pues días antes tuve un accidente que me impidió estar en elhermosísimo e histórico  salón de cabildos en el cual, develaron el panel en el que, con letras de oro, agregaron elnombre de Natalia junto a sus hermanos.

Cuando  visité  ese salón tan imponente  y bello, al ver elnombre de mi abuela,   junto a sus hermanos, no puedo conpalabras, expresar la emoción y  el orgullo que sentí.

Ahora bien: quiero compartir con ustedes, y ojalá y que corranpor su imaginación, los dolorosos acontecimientos  que  vivióesta gran mujer:

Cuando Aquiles se involucra con  Madero  y  encabeza enPuebla el club “Luz y Progreso” se da cuenta del peligro quecorre su familia, llama a su hermano Máximo, quien vivía con sumadre doña Carmen Alatriste, y Natalia los acoje a todos en sucasa  con mucho cariño.

Vuelven los cuatro hermanos a estar juntos. Así es comoparticipa jugándose la vida, junto con su hermana Carmen,repartiendo propaganda,  pasando  armas escondidas bajo lasfaldas o en canastas de mercado, comprando pólvora en  sacossupuestamente de harina, haciendo con ellas pequeñas bombascaseras con las bolas de latón que adornaban las camas de su casa,manteniéndose  siempre alerta, pues su hogar estaba estrechamentevigilado por la policía secreta y varias veces fue cateado, comolo relato en pequeñas historias en mi libro.

Imagínense la noche que por consenso de la familia, tiene quesalir de su casa pues les avisaron que el gobernador Mucio Martinezse había enterado de que estallaría la Revolución.  Este, deinmediato, ordena apresar a Aquiles o acabar con él.

El día diecisiete de noviembre, Natalia sale en el carruaje desu primo, Miguel Rosales, con sus cinco hijos y los dos de Aquilestiritando con el frío de la madrugada y llegan  a  la casa deMiguel, a dos cuadras de su casa.

Natalia pasa el resto de la noche inquietísima  ¡cómo lehubiera gustado estar con su familia ¡ayudar! ¡luchar!, peroalguien tenía que sacrificarse  para proteger a los  niños.Sabía de las más de trescientas armas repartidas, de los mil ytantos involucrados en la causa quienes habían ya sido avisados yacudirían a tomar por sorpresa la ciudad de Puebla y a ayudar asus hermanos al oír explotar las bombas caseras.

Amanece y comienzan los ruidos de la ciudad. Cuando Nataliacontribuye en las actividades caseras, oye disparos originados ensu casa. Institivamente, cobija  a sus hijos y se da cuenta deque, Manuel, de trece años, quien le había manifestado el deseode quedarse con sus tíos, se había escapado. Angustiada  legrita a su primo que salga a buscarlo.  Éste regresa y le diceque no lo encontró y que su casa está rodeada por soldadados.

La desesperación de Natalia es inmensa. No puede ni rezar. ¡Suhijo! ¡sus hermanos! ¡su madre! ¡su cuñada!

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Se imagina ¡su hogar, rodeado por soldados! ¿y los disparossólo eran sobre su casa?, ¿qué pasó?  ¿qué pasaba? ¿porqué no se oían disparos de otros lados?  Obreros, campesinos ygente del pueblo, ¿por qué no llegaban? Se habían comprometidocon la causa, ¿qué sucedía?  Ella había repartido armas ymuniciones. No, no podía explicarse nada.

¡Quería salir a averiguar, a combatir! Pero la familia lehabía encargado a los niños, los suyos y los de Aquiles. Cuandoestaba en el colmo de la desesperación, golpearon la puerta,Natalia corre a abrir. Le llevan a su hijo ¡vivo!  Y grita:¡gracias, Dios mío!  Lo abraza y con su llanto, empapa  lacamisa de su hijo Manuel.

Continúa su angustia y desesperación, las horas le pareceneternas. Va amainando poco a poco la frecuencia de los disparoshasta el silencio.

Llega la noche eterna para Natalia y en la madrugada, derepente, se oyen dos disparos. Natalia se incorpora y gritajubilosa: ¡al fin llegaron los refuerzos y correspondieron!¡Gracias, Dios mío!

Esos disparos fueron los que  terminaron con la vida de  suhermano Aquiles….

Los días siguientes  fueron una pesadilla para Natalia, mujerfuerte  y valiente. Tuvo que sobreponerse al dolor de perder a sushermanos, a la impotencia ante un gobierno autoritario que exhibióa los cadáveres de Aquiles y de Máximo por todo Puebla, alencarcelamiento de su madre,  su hermana Carmen herida y de sucuñada, a punto de dar a luz, a su casa destrozada y saqueada, ala desvastación de la riquísima biblioteca de mi abuelo, alentierro de sus hermanos, a las dificultades económicas para darabrigo y sustento a sus hijos y a los de Aquiles.

Finalmente pudo hipotecar su casa, sacar a su madre y  a su hermana Carmen de la cárcel  y a su cuñada Filomena, que dio aluz en la prisión.

Al triunfo de la Revolución, Madero visita Puebla y se aloja enla casa de mi abuela, convive con la famila y ofrece indemnizar aNatalia. Su solicitud se hunde en la decena trágica.

Cunde la Revolución por todo el país, el gobernadorprovisional del Ejército  Constitucionalista en 1914, generalFrancisco Cos, ayuda a la familia Serdan a salir de Puebla yrefugiarse en Jalapa, Veracruz.

Más tarde, las familias se separan y se van a vivir  a laciudad de México: Carmen  con su cuñada Filomena para ayudarla asobrevivir con los tres hijos de Aquiles. Natalia consigue unempleo en la ciudad de méxico. Se somete a ser empleada y consiguebecas para sus hijos quienes terminan una carrera.

Finalmente en 1938 muere a los sesenta y tres años de edad.

En resumen, una vida de dolor, de valentía y de amor a lapatria. Sin duda, mi abuela Natalia serdán alatriste fue una granmujer. Ojalá que su historia sea conocida y narrada  en el museopara contribuír a que se haga justicia a esta heroína.

En ese museo existen tres esculturas con los bustos de Aquiles,Carmen y Máximo, ¿y  la cuarta? ¿Y la de Natalia?

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