¿Por qué escribo? fue la pregunta que se le planteó aveintitrés escritores queretanos y cuyos textos resultantes fueronplasmados en una antología del mismo nombre y que fue presentadaen el Hay Festival 2017.
“La pregunta parece simple, pero mientras hacíamos el libronos dábamos cuenta de que no era nada sencillo: aunque todo elmundo cree que sabe o entiende por qué escribe, cuando lo teníaque poner en palabras paradójicamente empiezan a aparecercontradicciones y dudas”, dice Jacobo Zanella, editor dellibro.
La inquietud inició con una reflexión sobre la labor delescritor, sobre todo aquel que inicia una carrera en la literatura.“Si vemos a un profesionista y tiene un trabajo, sabemos que lohace por razones económicas, profesionales u otras; pero cuandovemos a los escritores -sobre todo a los jóvenes- y sabemos lodifícil que es escribir, publicar, vender, yo decía, por quéhacerlo, qué hay dentro de nosotros que sea tan necesario que setenga que hacer aunque sea tan difícil”, explica.
La idea surgió a finales del año pasado, sobre todo con mirasal Hay Festival, una oportunidad para que toda esa comunidadtambién tuviera un primer contacto con los autores que aquí hasurgido o comenzado a surgir. A partir de esta epifanía una dudase interpuso: quiénes debían participar. “Siempre estará el:quien eres tú para decir quiénes son importantes paraescribir esta pregunta y los criterios siempre estarán malporque no puedes darle gusto a todos”, dice Zanella. Con esecompromiso y peso encima los autores se seleccionaron entre ellos:un escritor sugiere a uno o dos; cada uno de ellos a su vez,sugiere a otros y así sucesivamente, poco tiempo después lasugerencias comenzaron a ser repetitivas. La selección se detuvo ycomenzó la escritura, fueron 34 los autores en total losinvitados, pero sólo 23 los participantes. Dentro de ellos están:Luis Enrique Aguirre, David Álvarez, Lola Ancira, TadeusArgüello, Rocío G. Benítez, Luis Bernal, Antonio Cabadas,Eduardo de la Garma; Alejandro del Castillo, Paulina del Collado,Roberto Delgado Ríos, Verónica E. Llaca, Juan Carlos Franco,Martín García López, Mariana Hartasánchez, Jaime He, OliverHerring, Janis Jacobo, Imanol Martínez, Anaclara Muro, AntonioTamez, Horacio Warpola y Juliera Díaz Barrón. Dramaturgia,filosofía, poesía, periodismo y derecho se conjuraron en laspalabras de estos escritores que nacidos o no en Querétaro,componen la comunidad literaria local.
La pregunta es simple, más la respuesta no, cómo algomecánico se sabe, pero no se puede escribir. “Incluso escrita norefleja del todo el interior del escritor ni lo deja tranquilo(…) no es extraño entonces que la duda quiera evadirse osustituirse por otra”, agrega Zanella en la introducción.Algunos hablan de la crisis contemporánea de la lectura y surelación con la compresión, otros surgieren la levedad de lapregunta y otros la apuntan como necesaria en estos momentos; desdeBob Dylan hasta Juan Gabriel, aunados a Cortázar, Chéjov,Bukowski, Baudelaire, Poe, Newton y muchos otros más, aparecencomo referencia entre los escritores que conforman la antología,una suma de imaginarios y alusiones que también dan origen a laforma de sus letras.
Letras que van más allá de unterritorio
Hay una interrogante que con el paso del tiempo prevalece encada una de las generaciones que componen la comunidad: qué tantose habla de lo local.
Como parte de este ejercicio en relación a la labor delescritor esta pregunta no podía faltar y en el marco de supresentación en el Hay Festival Anaclara Muro respondió a ella:nadie habla realmente demasiado del lugar físico sobre de queescribe. Una cita de Oliver Hering sostiene la idea, pues en sutexto habla sobre cómo los escritores no buscan un diálogonecesariamente con la gente que está cerca, sino que siempre sebusca con todo el mundo, con las corrientes del pensamiento,siempre la búsqueda es más allá de lo local, “pero eso nosignifica que crear comunidades y pensar en relaciones que estáncerca de tu entorno sea importante y creo un poco de eso hablaOliver; es comprensible que no hablemos de lo local porque nuestrabúsqueda en un diálogo con la literatura –aunque suene un pocopretencioso- leemos un libro de cualquier escritor y nos podemosidentificar”, dice.
Esta idea se desdobla a través del ejercicio personal delescritor como una producción de ejercicio universal, en el que laidea de lo local viene desde lo más interno de aquel que plasmasus letras y sus pensamientos y cómo esto puede tocar fibras deotros; una conexión que va más allá del territorio, y engloba laidea y el pensamiento.
