La bondad es un gesto necesario frente a la violencia exacerbada que vive el país, apuntó Carlos Alberto García Calderón, coordinador de la maestría en Psicología Clínica en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
En 1998, el Movimiento Mundial de la Bondad (WKM, por sus siglas en inglés) introdujo el 13 de noviembre, la celebración del día mundial de la bondad como una forma de resaltar las buenas acciones de la comunidad.
Para el coordinador de la maestría en Psicología Clínica en la UAQ, la bondad más que entenderse como una cualidad del hombre, es un gesto que se tiene con los demás.
Apunta que la bondad se ha ligado con ideas como el amor al prójimo, la caridad; al igual, que con términos como la generosidad, la compasión y la relación con el otro.
Sin embargo, Saúl Ragoitia Vega, párroco de la Divina Pastora en el barrio de San Francisquito, asegura que la bondad es una “virtud”, y una cualidad implícita en el ser humano.
Al igual que el pensador francés de la ilustración, Jean-Jacques Rousseau (quien consideraba que el ser humano era “bueno” por naturaleza y la sociedad lo corrompía), Ragoitia Vega asevera que por el simple hecho de ser personas, existe el deseo de hacer el bien porque es una tendencia “natural” del ser humano.
DESHUMANIZACIÓN PERVIERTE
No obstante, señala que aquello que “pervierte” al hombre, es la deshumanización “…en el momento, en el que perdemos nuestra esencia y se nos olvida el valor tan grande que tenemos como seres humanos”, indica.
La soberbia o el pretender ser Dios dan pie, para el párroco, a la opresión y al abuso; considera que se cae en la deshumanización cuando se olvida de dónde venimos, “…cuando pervertimos nuestro corazón, cuando sólo buscamos nuestro propio interés, cuando se nos olvida esa otra dimensión de alteridad”.
Estas definiciones, para García Calderón, forman parte de los problemas que se plantea la filosofía, y que han generado preguntas de cómo nos conducimos por la vida; sin embargo, reitera que al no ser una cualidad fija, la bondad puede aparecer como un gesto, incluso, en situaciones de violencia.
“No creo que el hombre sea bueno por naturaleza. Más bien, hay situaciones que a lo mejor, uno tiene que reaccionar de otra manera”, indica.
URGE BONDAD
Sin embargo, asegura que los gestos de bondad, en contextos violentos como el mexicano, son necesarios porque son una forma de responder ante esa situación.
“La bondad queda como algo necesario, como un gesto necesario frente a este entorno y clima de violencia exacerbada que vive el país (…) si puede ser necesario, me parece; pero también, sin olvidarnos, que hay que seguir pensando el problema de la violencia”, subraya.
“A lo mejor alguien es un criminal, pero tiene un gesto de bondad (…) Hay momentos en los que uno puede ser iracundo y no se puede dejar; pero a veces, por eso, uno tendría el gesto de bondad. Es hacia alguien, no una cualidad de la persona”, puntualiza.
Ragoitia Vega reconoce que vivimos en una “realidad violenta” y la bondad no significa “que cerremos los ojos” ante ella. “…pero precisamente al contemplar esa violencia, hoy tenemos que apostarle más a la bondad”.
“¿La bondad a dónde nos lleva? A descubrirme a mí, pero en el rostro del otro. Es esa dimensión de alteridad (…) los que queremos hacer el bien o que le apostamos a la bondad, tenemos que realmente alzar nuestra voz”, señala.
RESCATAR SENTIDO DE HUMANIDAD
De acuerdo con el párroco de San Francisquito, la violencia es un estigma que ha marcado a este barrio; que si bien no puede ignorarse, muchas familias mantienen ritos que él considera como muestras de bondad; por ejemplo, el reunirse para orar.
Afirma que para desarrollar la virtud de la bondad, no se tendría que ser religioso; pero sí humano y buscar rescatar el sentido de humanidad.