La fragilidad del equipo de seguridad que cuida al presidente Andrés Manuel López Obrador quedó una vez más al descubierto.
A una mujer le tomó solo unos segundos burlar la seguridad y dejar a todos perplejos… incluido al Presidente. De pantalón de mezclilla, playera rosa y cabello largo, esperaba impaciente el momento para su hazaña. Detrás de una valla metálica que colocaron a las afueras del hospital, armaba su plan.
Frente a él, vigilaban al menos cinco de los llamados siervos de la nación, jóvenes, hombres y mujeres encargados de salvaguardar la integridad del presidente mientras se realizaba el corte de listón de la inauguración del nuevo nosocomio.
De un momento a otro, la atención del público hacia el Presidente se vio interrumpida por la mujer que primeramente brincó los barrotes de la fachada y se dirigió corriendo al templete, mientras su acompañante, otra mujer, alcanzó a ser retenida.
Le tomó solo unos segundos brincar la estructura de más de un metro de altura, empujar a los siervos de la nación, burlar a los integrantes de la ayudantía y lograr su objetivo de entregarle una carta, después de que la joven se zafó con facilidad y llegó al escenario.
López Obrador se quedó mudo y reaccionó diciendo a su seguridad que la dejara pasar. “A ver ven”, le dijo al no tener más opción.
La mujer se acercó, le habló al Presidente y le entregó un par de hojas dobladas, arrugadas y sucias por la reciente travesía.