José Luis tiene 69 años de edad y se prepara para reunirse con sus hijos y su esposa y festejar el Día del Padre. Atiende una pollería en el Mercado Hidalgo y afirmó que este domingo sólo trabajará hasta las dos de la tarde para reunirse en familia al mencionar que es partidario de que se mantenga la tradición.
Es un hombre de mucha plática, lo cual hace mientras despacha a la clientela que llega y al momento de tomar asiento ya llegan con tema para conversar con José Luis, quien dijo que ya tiene más de 20 años en ese puesto. Argumentó que anteriormente tenía una fonda que le dejaron sus papás en ese mismo lugar, con la cual trabajó durante otros 20 años.
En cuanto al festejo del Día del Padre, mencionó que se la pasará en casa de uno de sus hijos, al comentar que le gusta conservar la tradición y estar en convivencia.
“Vamos a estar en casa de uno de mis hijos. Cierro el puesto a las dos de la tarde, me voy a mi casa a echarme un baño y nos alistamos para estar con mi hijo”, comentó sobre los planes que ya tiene para este domingo.
Expresó ser de los pocos originarios del estado de Querétaro, ya que además ha hecho toda su vida en esta parte del país. “Creo que uno no debe ser el más inteligente entre la gente que lo rodea; debemos estar en contacto con personas que sepan más que nosotros, para poder aprender de ellos”.
Compartió que el haber hecho mucho deporte de joven le permite ahora conservarse bien en salud, ya que, aseguró que casi no se enferma. José Luis refirió que se levanta temprano para ir al puesto en el que se dedica a la venta de pollo.
Lamentó que en algunas familias ya no se festeje el Día del Padre. Ejemplo de ello, expuso, es que hay papás que no viven con sus hijos, aunque para él esto no quiere decir que no convivan, sino que, por el contrario, hay casos donde a pesar de la separación de los padres mantienen el contacto.
En un rato que conversó para Diario de Querétaro llegaron al menos tres personas que, además de comprar algunas piezas de pollo, se quedaron a platicar un rato con José Luis, porque saben que a él le agrada conversar con las personas.
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Argumentó que anteriormente era diferente como compartía la gente, entre amigos y en las mismas familias. “Ahora están distraídos con el celular y ya no platican entre ellos. Es más, las mismas parejas salen a comer y cada quien está entretenido con su teléfono”, afirmó.
