Aunque sean dueños del lugar, los fraccionamientos no tienen derecho a trabajar en una zona protegida como lo es El Tángano, pues se tiene que obedecer la planeación territorial, señaló Pamela Siurob, activista medioambiental.
"¿Son propietarias las personas que construyen? Sí. ¿Tienen el derecho de construir? No, porque se trata de un decreto a nivel estatal de una reserva ecológica y esta superficie se encuentra limitada por los cambios de uso de suelo", señaló.
Al respecto, enfatizó que El Tángano es una reserva ecológica en el que no se pueden realizar ciertas acciones, aun cuando tenga propietarios, no obstante, se tienen que acatar los planes de desarrollo ecológico en la ciudad.
En ese sentido, comentó que esta transformación de El Tángano ha sido de manera progresiva, puesto que empezaron con pequeñas construcciones de viviendas y posteriormente han modificado parte del ecosistema.
"Si existe una alerta por parte de los ciudadanos a las autoridades competentes les corresponde hacer una inspección y ver que si en realidad existe una anomalía entonces actuar conforme a la ley", enfatizó.
Además, dijo que aunque no se pueda construir en ese territorio, los dueños pueden buscar maneras de recibir apoyo de gobierno para convertir esa área en un espacio protegido y que les genere ganancia.
"Hay muchos proyectos que se les puede apoyar a estas personas dueñas de las tierras para que tengan ganancias, como ecoturismo o simplemente recibir pago por servicios ambientales. Esperamos que ese fondo ambiental se dedique a incentivar proyectos que nos beneficie a todos", reflexionó.
Finalmente, comentó que los grupos ecologistas y de sociedad civil en general han estado al pendiente de esa zona, por lo que se mantienen atentos para cualquier situación que se presente y proteger esta área natural importante para Querétaro.