Hace 30 años la sociedad queretana se estremeció con uno de los crímenes más conmovedores e inimaginables que una madre pudiera cometer. Aquel 24 de abril de 1989, Claudia Mijangos, una mujer de sociedad con creencias católicas muy arraigadas asesinó a sus tres hijos, Claudia María de 11 años, Ana Belén de 9 años y Alfredo de seis años.
Fue sometida a exámenes neurológicos en los que se le diagnosticó epilepsia del lóbulo temporal con perturbación de la personalidad tipo paranoide, enfermedad conocida hoy como esquizofrenia y considerada en ese entonces y a la fecha como incurable. De ahí que se le aplicó una medida de seguridad de 30 años por el triple filicidio.
El 10 de septiembre de 1991 fue trasladada al área psiquiátrica del reclusorio de Tepepan en la Ciudad de México, donde ha permanecido los últimos 28 años en supervisión médica con tratamiento y donde finalmente cumplió la condena que se le impuso.
Sin embargo, será el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Querétaro, José Antonio Ortega Cerbón, quien dé por cerrado el caso judicial, pero tocará a las autoridades médicas del sistema penitenciario del Estado de México, determinar si se encuentra en posibilidades de salir en libertad o quedarse interna en un hospital psiquiátrico, luego de una evaluación a la que será sometida.
De salir en libertad, un familiar tendría que hacerse responsable de ella, para vigilar su tratamiento médico y comportamiento, lo que hasta el momento, no ha sucedido.
Lo cierto es que Claudia Mijangos, salga o no libre, vivirá condenada para siempre, ya que además de que su padecimiento no tiene cura, las enfermedades mentales aún tienen el estigma de la sociedad.
De ahí surge lainterrogante siClaudia Mijangos,conocida como “La Hiena de Querétaro” está lista para reintegrarse a lasociedad y la sociedad queretana para aceptarla.