A partir de enero de 2023 es que se comenzarían a cobrar los tres impuestos ambientales contemplados para el estado; están relacionados con las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, extracción de minerales no metálicos y la generación de residuos de manejo especial, de acuerdo con el secretario de Desarrollo Sustentable Marco Antonio del Prete Tercero.
“No pretendemos que sea una renta ambiental, no nos interesa la recaudación, va a generar algún ingreso, sí, probablemente, pero lo que queremos es que el impacto de estas actividades humanas se reduzca”, aseguró el funcionario.
El cobro del impuesto dependerá de la cantidad de emisiones y se cobrará una vez al año a las empresas, después de que se haya presentado la cédula de operación anual, donde se reportará el registro de emisiones.
“Se está volviendo una tendencia internacional. Las empresas internacionales, de las cuales, Querétaro tienen muchas, cada vez más están buscando cómo reducir su huella de carbono y para eso están buscando mecanismos de compensación”.
Del Prete Tercero detalló que el proceso de descarbonizcación contempla tres etapas: la primera es la medición para conocer con exactitud la cantidad de residuos que se generan, luego, la reducción de las emisiones a través de la mejora de los procesos. Por último, si no se puede reducir, se compensa.
“Hablamos de instrumentos económicos, el impuesto, al final, es un detonante, pero lo que buscamos es que, a través de estos instrumentos, logremos reducir o descarbonizar la economía”.
El secretario refirió que, la reducción del impacto ambiental por las actividades económicas inclusive se considera un elemento que aumenta la competitividad de las empresas.