Sofía entró al negocio del cannabis, cuando en la Universidad, un amigo suyo le enseñó a preparar galletas con marihuana. Con el tiempo, su producto se popularizó y la preparación de comestibles cannábicos evolucionó, pasando de hornear galletas a vender aceites para acompañar los alimentos.
Este 4/20, como se conoce al Día Internacional de la Marihuana, Sofía al igual que otros comercializadores de productos cannábicos, se mantienen en la clandestinidad al avanzar a pasos lentos, la discusión en el Senado de la República, sobre la regulación en su consumo y comercialización.
DIVERSIDAD DE ALIMENTOS
Aunque Sofía inició con la venta de galletas, logró diversificar sus productos al asociarse con otros productores de comestibles cannábicos; de esta forma, aprendió a sacar extractos y preparar los tamarindos y aceites, meses más tarde, “entre curiosidad explorando, comenzamos a preparar trufas, comenzamos a preparar brownies”, abunda.
“Empecé sola hace cuatro, cinco años. Yo estaba trabajando y no podía completar gastos (…) le empecé a agarrar la onda a esto y también empecé a afianzarme de clientes”, recuerda.
Aunque la venta de estos productos no es su única actividad económica, sí representa sus ingresos principales. Sus ganancias diarias pueden ir desde los 500 pesos, “si te va chido, te llevas hasta mil, dos mil pesos diarios“. Si bien no es una cifra exorbitante, este dinero le ayuda para sostener a su hijo, y para apoyar a sus padres.
“Es mi principal fuente de ingresos, ahorita y más con este rollo de la cuarentena, es como lo que me sostiene un poco (…) Obviamente, una vez mi papá me dijo: ¡Salte de eso!; pero gracias a eso come, gracias a eso tengo para mantener a mi hijo”, señala.
Uno de sus productos populares son los brownies de chocolate, que incluyen como ingrediente especial, el extracto de marihuana.
¿DESPENALIZACIÓN?
Desde inicios de la actual administración federal, se presentó una iniciativa para regularización del cannabis, y que incluso crearía un Instituto Mexicano del Cannabis, no obstante, tras meses de discusión de la iniciativa, la propuesta para la legalización está detenida en el Senado de la República, por la contingencia sanitaria del Covid-19.
La discusión de este tema, también obedece a una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que determinó que el Congreso de la Unión debe legislar el uso de la marihuana con fines lúdicos. Recientemente, por la contingencia sanitaria, la SCJN amplió la prórroga para su discusión, hasta el 15 de diciembre de este año.
De aprobarse, el uso, producción y comercialización del cannabis en México, Sofía al igual que otros comercializadores de productos derivados de la marihuana, podrían dejar la clandestinidad.
La despenalización “estaría bien, porque así no me escondería, mi integridad no correría peligro. Obviamente pagarías chingo mil de impuestos, pero lo que ganas te da lo suficiente para poder pagar”, subraya la joven, quien insiste, es necesario que la legalización, esté acompañada de la reeducación para eliminar el estigma hacia los consumidores.
“¿De qué sirve tener un dispensario de comestibles cannábicos, si todavía la gente te señala: ahí va el marihuano, ahí va la drogadicta (…) Es una tarea titánica, la verdad, y compleja”.
“Sí tienes familia, está cabrón porque, obviamente con mi hijo soy muy transparente, (…) sabe perfectamente que eso no lo puede consumir, porque son postres para adultos y que la marihuana, si algún día quiere probarla, es hasta que cumpla la mayoría de edad”, subraya.
Quienes se dedican a la venta de productos cannábicos, de acuerdo con Sofía, también se enfrentan a prejuicios; el principal es asociar este trabajo a la delincuencia organizada, sin embargo, hay “personas que hacemos esto y ni siquiera tenemos contacto con gente de la maña, pa’ pronto. Nada que ver” reitera.
“Reeducar sí sería tratar de erradicar la imagen que el consumidor de marihuana es delincuente y que es un vago (…) Quítense esa imagen; así como pueden ver a un médico con mil y un especialidades, un abogado, un magistrado, cualquier persona que tenga una profesión también consume marihuana”, afirma.
MARIHUANA, LA MÁS POPULAR
De acuerdo la Encuesta Nacional del Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (2016-2017), en el 2008, Querétaro registró una incidencia acumulada del uso de drogas en la población de 12 a 65 años, del 6.8 %; de estas, el 6.7% eran drogas ilegales y 0.1% drogas médicas. Esta cifra, ascendió en el 2016, hasta alcanzar un 12.3%.
En el consumo exclusivo de la marihuana, en el 2008, estas estadísticas revelaron que el 6.2% de la población de 12 a 65 años había consumido esta sustancia y, en el 2016, esta cifra ascendió hasta 10.3%. Al consumo de la marihuana, en el 2008, le siguió la cocaína con 2.3% y, por último, con un 0.4% estimulantes tipo anfetamínico.
En el 2016, el consumo de marihuana se mantuvo a la cabeza, seguido de la cocaína que alcanzó un 4% y 1.0% las anfetaminas.