Las Peñitas es una zona irregular localizada al norte de la ciudad de Querétaro, donde decenas de familias viven hacinadas sin servicios de agua, luz y gas, pero que, como cada celebración de Navidad, se reunirán en comunidad para compartir arroz, frijoles, carne asada, algo de tomar y tiempo juntos. Así nos lo contó Reina, quien llegó a este sitio hace cuatro años.
“Vivo ahí con mi hija y mi nieta, y durante la Navidad nos juntamos todos alrededor de la capillita a San Judas Tadeo; también los días de la Virgen de Guadalupe y también el 28 de octubre. Seremos como 150 personas aquí parados y sentados, la mayoría somos mujeres, y bueno, los niños”, indicó.
Reina trabaja en el mercado de Abastos, al otro lado de su casa, va en camión durante la noche y allá se queda a limpiar las bodegas, recolectar cartón o lo necesario para traer sustento a su familia. Regresa durante las mañanas y así es su rutina diaria. Tiene dos perros: Muñeca y El Negro.
“Vamos y venimos en camión. No hago mucho tiempo, ya que es de noche y no hay tanto tráfico, entonces sí me hago como una hora, más o menos. Allá ayudo a recoger, a limpiar las bodegas, todo eso”, exclamó, señalando a la lejanía, ya que desde Las Peñitas se ve la ciudad.
Con el paso de los años, que no son muchos, se ha vinculado con vecinos de la zona. Personas que, al igual que ella, se mantienen unidos durante estas fechas. Cada una lleva algo para comer, arroz, tortillas, frijoles, guisados, refrescos, y acaban hasta las dos de la mañana del otro día. No hay cerveza en la convivencia, pues no quieren mayores problemas y solo buscan celebrar la Navidad.
“No hay cerveza ni nada. Cada quien en su casa, tal vez, pero en la reunión nada de eso. Sacamos las cobijas y platicamos entre todos, mientras comemos y así, es algo sencillo. Luego ya nos metemos varios y muchos otros se quedan a seguir la plática más tiempo”, explicó.
La solidaridad es un valor que decidieron portar, a sabiendas de que unidos saldrán adelante. Se saben paracaidistas y dicen tener conflictos por el terreno, por personas que han buscado aprovecharse de su situación al quemar sus casas o mandarlos golpear. Dicen estar unidos para hablar directamente con el gobierno y resolver que el terreno por fin se los vendan.
“Nos llevamos bien entre todos. Aquí buscamos apoyarnos, no molestarnos, hacer todo eso para salir. Estos terrenos son del gobierno y nosotros queremos hablar con ellos, pero hay personas aparte que nos han mandado golpear y son muy malas personas, pero no tienen nada que ver con estos terrenos; solo están sacando provecho”, mencionó.
La mayoría de las personas que habitan este sitio son mujeres y niños, lo que las deja vulnerables ante cualquier situación de violencia. Reina se dice pacífica, pues solo busca trabajar y llegar a casa. Las demás también. Navidad, entonces, se vuelve un punto de encuentro para alegrar las noches, protegerse y sentir que, al final de todo, se tienen unos a otros para compartir lo que haya.
“Platicamos alrededor del San Juditas, nos reímos y al otro día a trabajar, pues no hay de otra”, concluyó.