Con nervios, pero cumplidos menores van a vacunarse

Los niños hablan de su experiencia durante la primera jornada de inmunización, salen alegres de que todo haya pasado

David Álvarez | Diario de Querétaro

  · miércoles 13 de julio de 2022

Foto: Hugo Arciniega | Diario de Querétaro

Ha llegado el momento de vacunar a niños y niñas en el municipio de Querétaro, quienes, nerviosos en su mayoría, se mantienen en silencio a la espera de su primera dosis en esas largas filas a las afueras del estadio Corregidora, a sabiendas de que esto es importante para cuidarse a sí mismos y a su familia.

Luego de algunas indicaciones ingresan por bloques de 20 padres de familia con sus hijos, quienes toman asiento para continuar con el proceso de trabajo. Abrigados y con cubrebocas, solo esperan a que esto termine y regresar a casa a jugar o ver la televisión.

Foto: Hugo Arciniega | Diario de Querétaro

Sofía, de diez años de edad, sabe que tiene que ser vacunada para evitar enfermarse y estar saludable en la pandemia. "Estoy muy nerviosa, mucho", refirió, tocándose el brazo como previniendo el dolor de la aguja.

En cambio, Abigail, también de diez años, mencionó que tiene "solo poquitos nervios"; que sus papás la llevaron y que la vacuna es para cuidarse de la pandemia, quien se dice valiente por acudir y mejorar su salud.

Lo mismo con Nicole, de ochos años, quien dijo sentirse bien, sin miedo, ya que "mi mamá se la puso y yo también puedo" o Diego, un niño enérgico de nueve años, quién pidió a los niños no tener miedo, pues "solo es un ligero piquetito y ya".

La fila avanza y es el momento de tomar asiento con las indicaciones del personal médico. "¿Están listos?", pregunta una enfermera. "¡No!", responden ellos, seguido de risas, que ayudan a mantener la calma. El semblante cambia al ver a las enfermeras preparando las jeringas, incluso algunos comienzan a llorar por el miedo al dolor, pidiendo a sus padres irse.

Las inyecciones fueron dándose a cada pequeño. Algunos lloraron y otros solo con algunas lágrimas. Luego del proceso, Sofía ya no estaba nerviosa sino sonriente, por haber terminado todo. También Diego, quien se mantenía alegre o Nicole, quien solo deseaba ir a desayunar.

La música en los alrededores se hace presente: Cri Cri o alguna tonada infantil para tranquilizar a los cientos de niños enfilados a la espera de recibir su vacuna. Si se les pregunta, no la quieren, pero todos ellos saben que es necesaria, luego de poco más de dos años de la pandemia de Covid-19.