Los historiadores e investigadores de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) Blanca Gutiérrez y Francisco Javier Meyer Cosío expusieron sobre cómo se configuró el contexto en el que Querétaro se volvió la sede del Congreso Constituyente de 1917, mientras que, en el mismo periodo, la imagen de la virgen de El Pueblito fue escondida y confinada junto con sus cuantiosos tesoros, por temor a los actos anticlericales que sucedían en la época.
El investigador Francisco Javier Meyer Cosío presentó sus estudios sobre la Virgen del Pueblito y la Revolución Mexicana en Querétaro, puesto que durante la época revolucionaria la imagen de la virgen fue escondida durante años.
No obstante que cerca del 98% de la población era católica en ese entonces, los franciscanos temían que saquearan los templos y dañaran las imágenes.
El académico aseveró que “la Virgen del Pueblito es una versión actual de un culto que se le da a una deidad femenina desde hace muchísimo tiempo, la Cihuacoatl en el área de El Cerrito ya era objeto de culto en esta región, sí cambiamos de forma, pero siempre ha habido aquí un culto femenino”.
La conocida como la Tenanchita es una imagen de la Purísima Concepción elaborada por Fray Sebastián Gallegos en 1632 que después se agrandó y se le agregó un niño Dios y luego una figura de San Francisco de Asís.
Al censo de 1910, la ciudad de Querétaro era la metrópoli eclesiástica: “más del 98% de los queretanos de aquel tiempo eran católicos. A finales de julio de 1914, al ocupar la ciudad, los constitucionalistas tomaron medidas anticlericales”, estas acciones incluyeron la quema de confesionarios y el saqueo de un cuantioso tesoro encontrado en el templo de San Francisco.
Los motivos por los que los constitucionalistas dañaron las iglesias se relacionaban con el apoyo del clero al régimen oficialista y al militar golpista Victoriano Huerta: “ellos tenían entendido que la Iglesia como institución y varios de los de la alta jerarquía, ayudaron al militar golpista Victoriano Huerta con recursos económicos”.
“Los revolucionarios llegan a finales de julio y los franciscanos ocultan a la Virgen del Pueblito, estaba de visita en el convento grande de San Francisco, la extraen de ahí y la esconden porque temían que los constitucionalistas atentaran contra la imagen”, sostuvo Meyer Cosío.
La historiadora Blanca Gutiérrez Grageda señaló que fue Venustiano Carranza, desde Querétaro, quien en 1916 emitió una convocatoria para declarar a Querétaro la sede de los poderes nacionales y luego convocó al Congreso Constituyente para que se reunieran a trabajar una nueva constitución política que le dé rumbo a la revolución y a la nueva etapa de la historia del país.
La diferencia entre la convención de Aguascalientes, que precedió a la que se celebró en la capital queretana, fue que aquí solo asistieron los partidarios de Carranza y no invitaron a los zapatistas ni a los villistas.
“Hay una diferencia cualitativa importante, porque allá vemos una pluralidad interesante y aquí nada más están los carrancistas; a pesar de eso, tuvieron el olfato político para integrar en el documento de la Constitución de 1917, las demandas de los zapatistas y de los diversos grupos revolucionarios e hicieron una constitución muy avanzada para la época”, sostuvo Gutiérrez.
A pesar de que no incluyeron a todas las facciones revolucionarias, la investigadora reconoció que el documento contenía las demandas de los otros grupos y el resultado fue “una Constitución donde van a quedar consagrados a nivel de derecho constitucional los principales derechos sociales para los mexicanos y para las mexicanas”.
Respecto al papel de la ciudad, señaló que “Querétaro había sido una región más o menos pacífica, sí había habido presencia revolucionaria, pero más bien se convirtió en una zona de paso donde los revolucionarios entraban y salían (…) fueron los carrancistas quienes lograron tener el control de Querétaro y fue cuando se convirtió en la capital de la República, por eso es que desde aquí se convoca a este Congreso Constituyente”.
Además de que solamente se congregó una de las facciones revolucionarias, también fue una reunión solo de hombres “porque en ese tiempo, las mujeres no teníamos derechos políticos, ni voz ni voto en temas políticos”.
El evento se llevó a cabo de manera conjunta entre el Archivo Histórico del estado y la UAQ, fue el primero de varios foros en los que se llevarán a cabo conferencias y conversatorios sobre la gastronomía, las leyes de la época, el papel de los bandoleros y las mujeres en ese tiempo.
“La revolución se sufrió aquí, más de lo que se participó”, Francisco Javier Meyer Cosío.