El municipio de Querétaro adornó las entradas al Parque Alameda Hidalgo con flores artificiales de origen chino, en el marco de las celebraciones del Día de Muertos.
La instalación, que incluye dos grandes arcos iluminados con más de 20 docenas de estas flores y aun con la etiqueta de “hecho en China”, están acomodadas sobre una estructura de follaje verde, también artificial, en lugar de la tradicional decoración con flores naturales de cempasúchil, cultivadas en el vivero municipal.
En septiembre, el municipio anunció la producción de 30 mil flores de cempasúchil en su vivero, con el propósito de usar 25 mil de ellas en la decoración de plazas y parques de la ciudad, como parte de un esfuerzo para evitar gastos en adquisiciones externas.
Sin embargo, la elección de flores artificiales en algunos espacios públicos ha cuestionado la estrategia, considerando que una de las finalidades del vivero es reducir costos y resaltar la producción local.
En su momento, Julio César Perales, jefe del departamento de creación de nueva infraestructura del vivero, había destacado previamente el valor económico de esta producción; explicó que, mientras una planta de cempasúchil natural en el mercado cuesta aproximadamente 45 pesos, en el vivero municipal se lograba producir a un costo de entre 12 y 15 pesos, lo que representa un ahorro significativo para las arcas municipales.
Además, el entonces funcionario municipal resaltó que el cempasúchil es una flor tradicional que no solo embellece los espacios, sino que mantiene viva la identidad cultural mexicana, especialmente en celebraciones como el Día de Muertos.
A pesar de la dedicación en el cultivo de estas flores por los trabajadores de la Secretaría de Servicios Públicos Municipales, la decoración de ciertas áreas con flores artificiales evidencia la preferencia por materiales sintéticos en algunas zonas de la ciudad.
El uso de flores artificiales, ha generado comentarios entre los visitantes, quienes lamentan la pérdida de autenticidad en estas fechas, donde los elementos naturales, como el cempasúchil, son símbolo de vida y tradición.
La presencia de productos importados, especialmente de origen chino, en las decoraciones del municipio contrasta con el discurso de las autoridades, quienes han señalado en distintas ocasiones el interés por regular el comercio informal y que los vendedores ambulantes dejen de ofrecer productos chinos, a menudo presentados como artesanías locales.
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En contraste, se ha llamado a la autenticidad en el comercio artesanal de manera constante por parte del municipio, que busca promover la identidad queretana y la calidad de los productos elaborados por manos locales.