Uno de los grandes retos que enfrenta la humanidad es la contaminación. El desarrollo en los últimos 100 años ha generado diversos impactos negativos en nuestro ambiente, incluso en nuestro alimento, agua, aire, ríos y mares. Las evidencias científicas demuestran los efectos dañinos de diversos compuestos químicos que ya son parte de nuestra vida cotidiana y aún no se encuentran regulados. Solo para que nos demos cuenta, hemos creado más de 80 mil compuestos químicos que no existían antes y que hoy son parte de nuestro día a día. Ahora bien, las últimas tendencias son el uso de alimentos orgánicos y el concepto “natural” se ha dado como una gran mercadotecnia para aumentar las ventas de diversos productos, principalmente alimentos. Sin embargo, a veces parece que esto no tienen sustentos básicos ya que el sistema de producción agrícola está lleno de químicos y procesos que son sumamente costosos para nuestro planeta. Algunos de los químicos son los pesticidas, herbicidas, fungicidas entre otros que son compuestos tóxicos con su etiqueta, pero aún siguen siendo utilizados prácticamente en todo el mundo. Seguimos cuestionando a los transgénicos, pero estamos consumiendo agroquímicos casi todos los días. La sustentabilidad cuesta y requiere talento, inversión y tecnología. Porque para alimentar a la población mundial las practicas orgánicas no son suficiente, pero tampoco son la única solución. Raramente observamos las condiciones de nuestro campo y los agricultores que en su mayoría son los que forman la parte del 70% de pobreza mundial. La educación es fundamental para promover la sustentabilidad y por eso muchos de los jóvenes no retoman la agricultura como una opción. En México la sustentabilidad es un área de foco, sin embargo requiere una atención especial de todos los actores y cabezas involucrados. Sobre todo, las universidades tenemos una gran responsabilidad de no solo educar, sino vincular con el sector gubernamental y privado para buscar soluciones locales. La vinculación académica-industrial es una de las áreas de oportunidad para nuestro país.
*Director del Departamento de Bioingeniería Región Centro Sur, Tecnológico de Monterrey.