Iluminada con los rayos de la luna aún presente, Sara Pachecoinicia su andar a la Basílica de Guadalupe emocionada de cumplirsu sueño por primera vez.
Mientras trata de seguir el paso a sus compañeras, narra quedesde siempre observó a sus vecinas que cada año, se unían a laperegrinación, y sólo ella sabía el deseo que tenía deacompañarlas.
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Fue hasta este año que finalmente se animó y dejó su hogar,en El Pueblito, para sumarse a la 58 peregrinación femenina de pieal Tepeyac.
En una mochila carga sus pocas pertenencias y narra cómo enesta ocasión se decidió a participar, pues a pesar de que seráun viaje cansado, su recompensa será llegar hasta la imagen de laVirgen María.
Antes de acelerar su andar, para no quedar fuera de la columna,resalta que su primer viaje lo realiza con un gran entusiasmo.
Sara, es una de las cientos de mujeres que el sábado, dejarontrabajos, familias y amigos para, el próximo domingo, postrarseante la Virgen Morena.
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