Sergio Hugo Bustamante Figueroa, cuya denuncia mantiene encarcelado al abogado Juan Collado por presunto lavado de dinero en Libertad Servicios Financieros, amasó una fortuna y pasó de propietario de una panadería en los años 90 a ser millonario en toda la forma, con decenas de propiedades y ostentosas escoltas en tan sólo 7 años, siempre a la sombra de quien hoy acusa y que permanece prófugo por los mismos cargos: José Antonio Rico Rico.
A finales de los años 90 la panadería no iba mal, pero no daba para mantener a 2 familias: la de Sergio y la de su hermana y socia. En contraste, a otro hermano le iba muy bien en la entonces Caja Popular Libertad y es quien lo recomienda para trabajar en el lugar que le cambió la vida.
Entró al área de crédito y quienes lo conocen desde entonces recuerdan que pronto aprendió a cobrar “comisiones” sobre los préstamos, especialmente aquellos que él aprobaba a personas insolventes o sin garantías. Una especie de “diezmo”.
Ingresó a la Comisión de Educación y se hizo de las confianzas del entonces director, el contador José Antonio Rico Rico, quien lo nombró consejero para que él fuera sus ojos y oídos en las sesiones, y desde entonces fue su leal e inseparable colaborador y prestanombres.
Juntos, Bustamante siempre al servicio del contador Rico, comenzaron a acumular propiedades y dinero y a hacerse del control del Consejo, restando poder o sacando del consejo a rivales como Agapito Arellano y Andrés Puente.
A Bustamante y a su familia se les reconoce en los restaurantes por lo ostentoso de sus escoltas y por el manejo de grandes cantidades de efectivo.
Fue siendo Bustamante consejero como el contador Rico logró el mando absoluto que posteriormente le permitió quedarse con la cooperativa para transformarla en sociedad financiera.
LOS AÑOS DORADOS
Fue el sexenio del panista Francisco Garrido Patrón cuando la Caja Popular Libertad y sus nuevos dueños de facto (el grupo liderado por José Antonio Rico) vivieron su época dorada.
Al mismo tiempo que el jefe del clan pasó a ser presidente del Consejo y colocó como director a Juan Pablo Rangel, hoy magistrado administrativo, la empresa obtuvo el manejo de las nóminas del Gobierno estatal y principales municipios y el grupo completo de amigos se mudó a residencias que destacaban por lujosas y grandes en el ya de por sí suntuoso fraccionamiento El Campanario.
A Bustamante se le asocia en 2006 con un lote de predios de ubicación estratégica dentro de El Campanario comprados con préstamos de Caja Libertad y vendidos de la misma forma, con dinero de la caja. Ahí está actualmente su domicilio.
Con esos inmuebles, más otros de colonias clasemedieras y la Plaza Boulevares que compró junto con Rico con créditos de Caja Libertad, formó un pequeño emporio inmobiliario.
FORTUNA Y FUTBOL
También con enorme ayuda del gobierno de Garrido, la entonces Caja Libertad se hizo dueña del equipo de futbol Gallos Blancos y José Antonio Rico, vía una red de amigos que hoy están señalados por Sergio Bustamante, adquirió al equipo Irapuato y hasta logró la contratación “bomba” de Cuauhtémoc Blanco.
Bustamante siendo ayudante de Rico era asiduo asistente a los partidos y presumía fotos con “El Temo”.
De origen humilde, el Sergio Bustamante adinerado y terrateniente transformó su personalidad. A diferencia de su jefe Rico, que es discreto, el ex panadero comenzó a usar pupilentes de color y a parecer custodiado en extremo, incluso dentro de restaurantes de “medio pelo”.
Sus hijos, con más custodios que él, también atraen miradas en antros a los que son muy asiduos. De hecho su hijo, “Busta Junior”, pose al menos 3 discotecas de género grupero llamadas “La Culpable”.
En medio de tanta prosperidad parecía increíble que el ex panadero alguna vez peleara con quien le proveyó de tanta fortuna. Pero ya vendida la ex Caja Libertad como sociedad financiera vinieron disputas por la Plaza Boulevares y por la sede de la Caja, en avenida Bernardo Quintana, y odios personales irreconciliable entre Rico y su antiguo ayudante Bustamante.
Y así es como un expanadero que pasó a millonario en sólo 7 años originó la causa penal por lavado de dinero y delincuencia organizada que tiene preso a Juan Collado, último dueño de Caja Libertad, y prófugo a su mecenas José Antonio Rico Rico.