La primera vez que Patricia Valle, nadadora paralímpica y multimedallista, fue madre, no pensó que concluiría su carrera deportiva; sin embargo, su entrenador, consideró que, con hijos, tendría “otros intereses”.
“Yo dije: ¿Por qué? Me dijo, eres mamá. Va a ser difícil. Ya no puedes, Tienes otros intereses. Le dije, dame la oportunidad. No me hagas que me rinda antes de tipo”, relata.
Su hija, nació en el 2002 y, unos meses después, otro de sus compañeros también se convirtió en padre; pero “él seguía su vida normal y jamás le dijeron: ya eres papá, te vas a tener que retirar. Al contrario, le decían, ya tienes un motivo más fuerte para que le des con todo”, relata la deportista y actual regidora del Partido Acción Nacional (PAN) en Corregidora.
Sin embargo, casi 18 años después, Valle continúa su carrera deportiva. Tan solo el año pasado, en el Campeonato Mundial de Paranatación, celebrado en Londres, Inglaterra, obtuvo medallas de plata y bronce.
“Eso fue una de las partes que se me quedó muy grabada; que alguien ponga límites de hasta donde puedes o quieres llegar como mujer o que alguien piense que porque ya eres mamá, se acabaron tus oportunidades para seguir siendo exitosa o grande o importante”, indica.
Valle inició su carrera deportiva, hace 23 años; originaria de Morelos, se integró a un equipo con otras seis personas. Para ir a los entrenamientos en la Ciudad de México, en ese entonces, los integrantes se cooperaban para pagar la gasolina; “muchas veces no llegamos, porque el coche era tan viejito que, de repente, nos quedábamos en el camino”, recuerda.
Años después de esos inicios, ha logrado varias preseas en campeonatos y paraolimpiadas de todo el mundo; actualmente, se prepara para asistir a los séptimos juegos olímpicos en Tokio, Japón.
Aunque sus logros deportivos han sido constantes, también lo han sido las situaciones de discriminación. Sus salarios en la iniciativa privada –según recuerda- no eran equivalentes al de otros compañeros, aunque realizaba las mismas funciones que ellos.
Al solicitar empleo, por primera vez al egresar de la Universidad, aplicó para una vacante administrativa. “Yo me fui muy segura de mí, con mis respectivos documentos. Estuve ahí; llegamos dos o tres personas. A mí me dijeron que ya estaba ocupada la vacante y, minutos después, llegó otra persona. A ella si la aceptan”.
“Eso es horrible. Te hace sentir que no encajas en ese lugar y lamentablemente las barreras más difíciles no son las arquitectónicas (…) la barrera que más nos detiene, son las barreras mentales. Las barreras humanas está complicadísimo quitarlas”.
La deportista enfatiza: “no hay por qué hacer esa diferencia. No hay por qué poner límites a la vida de una mujer o de un hombre (…) Sí vamos avanzando, definitivamente y es gracias a que levantamos la voz, como lo vamos a hacer el nueve”, subraya.