Sin puestos ambulantes, acordonado y custodiado por dos patrullas de la policía municipal, así se vio el mercado de El Tepe en el primer domingo, después de haberse incendiado.
Tras el devastador incendio que se registró la madruga del viernes en el mercado municipal Benito Juárez, la periferia del inmueble se observa solitaria, el tianguis que lo caracterizaba, este domingo no estuvo presente.
Un cordón amarillo con la leyenda de precaución limita el acceso y recuerda lo sucedido; debido al número de locales afectados el mercado permanece cerrado, incluso los locales que a simple vista no fueron afectados, tuvieron que cambiar su punto de venta.
Algunos de ellos encontraron un espacio metros más adelante, sobre la calle Jiménez, dentro de un estacionamiento público. Unas mesas de madera improvisada sostienen la báscula donde pesan el queso y demás productos lácteos, que los clientes fieles a la marca regresan a comprar sin importar lo acontecido.
Es inevitable el murmureo entre las personas que pasan frente a la entrada principal, mientras sus oídos dirigen sus pasos el bullicio; Bullicio que advierte que no todos los comercios murieron.
La algarabía está pasos más adelante, sobre las calles San Roque y Jiménez, en donde los comercios y tianguistas aperturaron sin ningún contratiempo. Los comerciantes anuncian sus productos y gritan sus ofertas para que la clientela se decida por su lugar.
Mientras que los asiduos al mercado de El Tepe preguntan precios, observan a todos lados y se detienen en varios comercios a tocar y ver la calidad del producto, seguramente porque el lugar al que recurrentemente compraban, este domingo no lo encontraron.
Clientes saben que los comerciantes del mercado están pasando por un mal momento y pese a las circunstancias decidieron ir a comprar su mandado para la semana y así beneficiar a la zona.