En Querétaro, la diferencia en el estado de la infraestructura urbana entre la zona céntrica y las áreas periféricas es cada vez más evidente.
Mientras que en barrios cercanos al centro se observan calles y banquetas recientemente arregladas y pintadas, en las colonias más alejadas el deterioro de la infraestructura ha persistido por años, sin que el cambio haya llegado.
Este contraste refleja una desigualdad de inversión que afecta la calidad de vida de los habitantes de las zonas más distantes.
En zonas cercanas al Centro Histórico, como Carretas y Álamos, se observa una notable mejora en la infraestructura urbana, con calles pavimentadas, banquetas renovadas y áreas públicas en mejor estado.
Estas zonas, de alto nivel socioeconómico, recibieron una considerable inversión en obras de urbanización, lo que resultó en un entorno más accesible y moderno para sus habitantes. En estas áreas, la renovación de espacios públicos fue una constante, lo que mejoró la imagen y funcionalidad de las calles y los servicios urbanos.
Sin embargo, al alejarse de la zona céntrica, la situación cambió drásticamente. En colonias como Loarca, 10 de Abril, Los Sauces, San Pedro Mártir, Carrillo Puerto y zonas del nororiente, como Menchaca y Peñuelas, la infraestructura urbana siguió deteriorándose.
A pesar de que estas colonias experimentaron un crecimiento poblacional, la falta de inversiones en infraestructura básica como pavimentación, banquetas y alumbrado público mantuvo a estas zonas en condiciones precarias.
La situación fue aún más crítica en comunidades periféricas más alejadas, como Pie de Gallo, donde los problemas de acceso a servicios básicos como electricidad y la alta inseguridad fueron constantes. A lo largo de la ciudad, también se observó un abandono similar en otras colonias del sur, como Lomas de Casa Blanca o La Reforma.
El urbanista y docente en el Tecnológico de Monterrey campus Querétaro, Fernando Tovar, señaló que la mayor parte de la inversión en infraestructura se concentró en la zona céntrica, particularmente en la delegación Centro. Tovar explicó que este fenómeno respondió a un modelo de desarrollo que priorizó las áreas cercanas al centro de la ciudad.
"La mayoría de la concentración presupuestaria fue hacia la zona céntrica. Ahí estuvo la mayor inversión en todo el municipio, por eso tiene muchos jardines y áreas verdes, además de mejores condiciones en infraestructura, mientras que en las zonas periféricas esto no ocurrió", comentó Tovar.
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Este modelo de distribución de recursos, según Tovar, no solo afectó la calidad de vida de los habitantes de las zonas periféricas, sino que también contribuyó a la falta de habitabilidad en esas áreas.