Jesús Rodríguez, Chuy, vive en situación de calle. Su edad: 65 años. Normalmente suele vérsele en avenida Universidad, en esquina con Juárez, donde pernocta. Las calles suelen ser un lugar duro para un "abuelo" que tampoco recuerda mucho de su pasado; alcohólico, tres hijos, una esposa y ahora nada.
"Creo que tengo un nieto o dos, la verdad no sé, pero pues qué se le hace, uno anda por acá en lo suyo", refiere, quien añadió que la calle es una zona difícil de transitar, ya que la violencia entre quienes la habitan como él suele ser común: pleitos por espacios para dormir, posibles asaltos, robos de las pocas cosas que se tienen.
"El Día del Abuelo... no sabía que se celebraba, no me interesa tampoco. Nada más es para vender cosas y ya, ser abuelo debe ser padre; yo no lo soy o al menos no en eso de estar ahí con los nietos y todo eso, no, nada de eso".
Se baña una vez a la semana en la fuente de esta vialidad, temprano, cuando no hay tantos automóviles que lo miren. Pertenece, dice, al "escuadrón de la muerte", ese grupito de teporochos de barrio que básicamente se dedica al noble acto de beber todo el día.
"Mis pachitas nunca me faltan", explica. El dinero lo obtiene de pedir limosna o de conocidos que le fían. Su vicio tampoco es caro, 30 pesos el "panalito" de Tonayan de 960 mililitros y 14 pesos el de 250, nunca falla, y el hambre con pan o lo que encuentre o le regalan también.
"Yo siempre estoy por aquí. Luego andamos ahí por la Trini o nos movemos al Retablo, con todos ahí, pero últimamente me he venido para acá. Aquí me la paso y pues ya armamos más tona. Tenía mi esposa y mis hijos y todo, pero me dejaron por andar en esto y ya tiene tiempo que no los veo", y bebe un sorbo.
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Intentó dejar el alcohol en diversas ocasiones: tratamiento con Alcohólicos Anónimos, anexos y hasta "jurar" a Dios, sin embargo, no pudo salir, el tomar alcohol lo llevó simplemente a vivir el día a día, sobrellevarla, abandonarse así y a su familia: "les causé muchos conflictos en ese momento".
Chuy pasará otro día bebiendo, caminando, rondando la ciudad. Buscará un cigarro en el suelo, de esas colillas que la gente tira y que para otros, como él, es oro puro. Visitar a algún conocido bajo el puente, pedir otra pachita, seguir buscando más cigarrillos. El Día del Abuelo no es para todos.