A través de la lente de su cámara, el fotoperiodista Jair Cabrera ha documentado la diversidad del barrio de Iztapalapa, la disputa del narco en estados como Guerrero o la guerra entre Rusia y Ucrania, pero sobretodo la muerte y la historia detrás de quienes ya no pueden contarla.
Jair, quien sostuvo una disertación en la Universidad Autónoma de Querétaro, comenzó a documentar los detalles de su círculo más cercano. Un barrio con una situación de inseguridad complicada, donde la violencia y el contacto con las drogas son parte del día a día.
La muerte es parte del día a día en el trabajo del fotoperiodista, que cubre la nota roja en un periódico de circulación nacional. La violencia no es nueva para él. Sin embargo, a pesar de fotografiar cientos, tal vez miles de personas sin vida, siente una responsabilidad con cada una de ellas.
Existen diversas formas por las que puede terminar una vida, algunas recrean escenas ya preenciadas por Jair, dado el contexto en el que se desarrolló, creando un sentido de respeto por quien se encuentra frente a la cámara.
"Empieza desde la manera en que percibes la violencia, porque yo también soy parte de esa población. Vengo de un barrio popular, tuve amigos que fueron asesinados cuando yo era chico. Cuando empiezo a ver la muerte de esa manera que estuvo en mi entorno, empiezas a respetar el dolor ajeno, porque ya no es tan ajeno, también es parte de ti porque vives en esos mismos contextos", explicó el fotoperiodista.
Algunos de sus amigos murieron en un contexto de violencia; Jair documentó sus funerales.
"Me ha ayudado saber que yo puedo ser parte de esa población que estoy retratando o puede ser un familiar quien está tendido en el piso. Con las fotos de los muertos que hago, intento dignificar la muerte. Hay muchas formas de morir que son muy complicadas a veces de entender, y aunque sea muy trágico, intento dar el sentido que la muerte es parte de la vida", mencionó Jair Cabrera.