La Diócesis de Querétaro ha formado a cuatro obispos, compartió el vicario General, Martín Lara Becerril, quien destacó que incluso el recién nombrado Obispo de Querétaro, Fidencio López Plaza también tuvo su formación en esta Diócesis.
Lara Becerril compartió que el primer Obispo que salió de la Diócesis de Querétaro fue Monseñor Rogelio Cabrera, que es el arzobispo de la Arquidiócesis de Monterrey, después fue Monseñor Florencio Olvera, quien primero estuvo en Tabasco, después en Cuernavaca y ahora es Obispo emérito.
Después fue Monseñor Domingo Díaz Martínez que fue primero Obispo de Tuxpan y ahora es el actual arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo y el último fue Monseñor Fidencio López Plaza que se ordenó Obispo para la Diócesis de San Andrés Tuxtla Veracruz y que es el recién nombrado como décimo Obispo de la Diócesis de Querétaro.
“Son los sacerdotes que recibieron su vocación aquí en esta Diócesis, aquí se formaron, aquí sirvieron un tiempo de vida sacerdotal y después designados Obispos para estas Diócesis”.
El vicario General, expresó que esto es un signo de que en Querétaro hay una Diócesis madura, pues dentro de la iglesia formada por los bautizados, se distingue el grupo de personas, que se dedican su vida a Dios de una manera particular, mediante la consagración como son los sacerdotes y la vida religiosa.
“Dentro de los sacerdotes se distinguen los que son llamados a prestar el servicio como Obispos y Querétaro ha tenido este proceso muy interesante y por lo tanto podemos decir que es una Diócesis madura en la fe, porque ha dado bautizados, ha dado para la vida consagrada y ha dado Obispos”