JALPAN DE SERRA, Qro.- La impotencia de los habitantes de las comunidades de Lagunitas, Valle Verde y San Juan de los Durán era indescriptible, ver cómo el fuego arrasaba con un bosque de décadas, tal vez siglos de flora y fauna se perdían en cuestión de horas, se consumía en las brasas y se reducía a cenizas.
Poco o nada podían hacer los habitantes para salvar la sierra, el distintivo de esta región que por años orgullosos presumían como el gran pulmón de Querétaro.
La tierra aún sigue caliente, las cenizas cubren el suelo, los árboles hechos carbón y el olor a quemado persiste en el ambiente, más de una semana ha pasado desde que terminó el incendio y los restos siguen como si hubiera pasado ayer.
Desechos de alimentos, basura y envolturas aún siguen en el suelo, los restos del campamento indican el paso humano en la zona.
Vicky García, originaria de Jalpan dice que fue a apoyar todos los días a los combatientes del incendio.
“Es algo muy triste, la primera vez que fui no lo podía creer, habíamos visto fotos y la gente nos decía información y no alcanzábamos a dimensionar el grave daño y el problema que se tenía, llegué, el incendio estaba a orilla de carretera en ambos lados y no podíamos creer como se salió de control, todos los habitantes de la sierra estamos orgullosos y ver el daño que se le ocasionó al bosque daban ganas de llorar”.
El calor que se sintió durante casi un mes alcanzó los 40 grados, llegaba a kilómetros de la zona afectada, el olor a leña quemada y el aíre caliente eran indicador de que algo andaba mal.
“Si en esos días la temperatura estaba muy elevada, las tardes se tornaban grises y te dabas cuenta que era por la situación del incendio”.
El señor Juan López se dedica a cuidar sus borregos y chivos, los llevaba a pastorear al monte, no tardaba más de 20 minutos en llegar al monte, cuando elementos de la policía municipal le dijeron que no se acercara a la zona.
“Un día iba con mis animalitos, los policías me dijeron que no pasara que se estaba quemando, si sentíamos el calor y veíamos el humo, no sabemos cómo empezó pero fue un fuego muy alto, yo acostumbro a llevar a pastar mis animales, por casi tres semanas lo los lleve, tuve que conseguir alimento y es más caro, ahora los llevo a pastar a tres kilómetros al otro lado”.
Alfonso Rojas, vecino de San Juan de los Durán, apoyo en el combate a los incendios, conoce bien la zona, pero no le dieron ningún apoyo, ahora recolecta leña de árboles secos para poder aprovecharla en su vivienda.
“Esta madera ya no tiene ninguna función, la ocupamos para cocinar en la hornilla, estuvimos haciendo brechas contra el fuego, el incendio llegó cerca y estuvo del otro lado del cerro, nos preocupó que el fuego creciera para que no llegara al rancho”.