En el campus Centro Histórico de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) es posible adentrarse al pasado y conocer cómo se vivía hace más de medio milenio, gracias los ejemplares de libros, fotografías, periódicos, cartas y documentos que resguarda el Acervo Histórico Fondo del Tesoro.
Los ejemplares que se conservan dentro de las cuatro paredes de piedra han sido donados, en su mayoría, por familias, docentes e investigadores, pero también se han obtenido a través de colaboraciones entre instituciones del gobierno queretano.
Debido a las características propias de los materiales, desde 1997 que se recibió la donación que dio inicio a la colección, a partir de 2009 se han adecuado las instalaciones para que el medio ambiente, el polvo y la humedad no afecten las frágiles páginas centenarias, en bastantes casos.
Desde manuales de vacunación que incluían la información necesaria para convencer a la población de inmunizarse, hasta la publicación pre revolucionaria de Francisco I. Madero, sobre la sucesión presidencial y los periódicos de la época, pueden consultarse en el Acervo Histórico Fondo del Tesoro de la UAQ.
Las historiadoras Iliria Olimpia Flores y Patricia Maribel Mandujano son las encargadas de procurar las medidas de cuidado y seguridad para proteger tanto a los documentos como a las personas que acuden a consultarlos.
Debido a la fragilidad de los archivos y a la posibilidad de que alberguen hongos o ácaros, quienes estén interesados en consultar los documentos, deben hacer uso de guantes de protección y manipular con cautela las páginas.
Los rastros de la vida pasada permanecen en los estantes del acervo, pues, de acuerdo con Mandujano, “hemos encontrado notitas, flores, cartas, fotos, listones y papelitos para separar las páginas”.
A pesar de que la variedad de los contenidos es extensa, la mayor cantidad de libros y documentos que se resguardan en el acervo son de origen religioso, esto responde a los eventos que protagonizó el clero tanto en la ciudad de Querétaro como en el país, de acuerdo con Iliria Olimpia Flores, un ejemplo fue la expulsión de los jesuitas en el siglo XVIII.
En los estantes de los libreros abundan libros de oraciones, tratados filosóficos, de teología y de literatura universal; no obstante, los libros no son los únicos documentos que dan cuenta del pensamiento y la vida de otras épocas, puesto que también se conservan documentos de carácter civil, como escrituras, títulos de propiedad y postales.
Entre los “tesoros y curiosidades” que tanto Patricia como Iliria han hallado durante el tiempo que han estado a cargo del acervo, se encuentran las fotografías en las que es posible observar el nitrato de plata, uno de los químicos utilizados en las primeras impresiones de estas imágenes.
A pesar de que pudiera considerarse que el interés primordial por el Fondo del Tesoro debería provenir de investigadores especializados, ambas encargadas señalaron que las visitas y consultas están abiertas al público en general; sin embargo, es necesario solicitar el catálogo para consultar los materiales, este se puede pedir a través de un correo electrónico.
Además, las personas que deseen acudir al Fondo del Tesoro deberán seguir de manera rigurosa las medidas de cuidado personal y de los ejemplares durante las visitas.
EN CORTO
- 1519 es el año del ejemplar más antiguo, es un tratado de Santo Tomás de Aquino
- 1997 fue el año en el que se recibió la primera colección
- 6 mil volúmenes conforman la colección bibliohemerográfica