Las películas de terror que se llegan a exhibir en el cine pueden convertirse en una puerta para que el Diablo haga de las suyas en el corazón de los adolescentes y de los jóvenes, amenaza que se replica tanto en la televisión como en la pornografía, alertó el obispo de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez, al confirmar que en 13 años se han practicado alrededor de 400 casos de exorcismo en la Diócesis de Querétaro.
Reveló que más de la mitad de los exorcismos efectuados durante ese periodo son de personas que llegan de otros estados, en busca de que la Misión Pastoral del Exorcismo practique en una sanación del proceso en el que se encuentran, ya sea de posesión o infestación diabólica.
En este punto lamentó que todo parece indicar que los casos van en incremento, demostrando “El demonio sigue haciendo de las suyas” y resaltó que sólo los sacerdotes designados por el obispo pueden realizar un exorcismo: el vicario general, Martín Lara Becerril, que encabeza la misión; el padre Isaac Osornio en San Juan del Río y José Guerrero, en la capital queretana.
“(Personas de cualquier edad pueden sufrir de infestación o posesión) desde adolescentes, de esos que juegan con la Ouija, ven películas de terror, que se prestan a cualquier ritual satánico; es una puerta de entrada para que el demonio tome posesión de muchos de ellos y lógicamente, hay ciertos cultos satánicos que pueden propiciar esta experiencia dramática”.
Remarcó que no hay edades más propensas para que la población pueda llegar a sufrir lo descrito, pues puede ocurrirle tanto en personas muy jóvenes, como a adultos. En contraste, sí hay elementos que abonan tanto a la “influencia” de “el maligno”, a la “infestación corporal”, o hasta en una “posesión diabólica”.
“Esta es una tarea en la que nos centramos, no solamente en los casos de “posesión diabólica”, si no, también en los casos de liberación, que no necesariamente tiene que ser una posesión, ni el ritual mayor del exorcismo. Es importante resaltar que nuestra gente necesita de la ayuda de Dios, de la ayuda de liberación de tantas cosas que “El maligno” produce en el corazón de las personas, pero no necesariamente tiene que ser una posesión diabólica”, explicó.
Lo anterior luego de la información dada a conocer a nivel nacional, respecto a que en dicho periodo, la Diócesis de Querétaro recibió cuatro mil solicitudes de exorcismos, de las que 400 emanaron de casos reales, y que La Capilla de las Ánimas del Purgatorio en Colón, fue edificada en el 2010 para que funcionara como sede para la atención de esos casos.
Al ser entrevistado al respecto, Faustino Armendáriz indicó carecer de los números, toda vez que, remarcó, existe una comisión de sacerdotes destinada para atenderlos; y el vicario general Martín Lara Becerril, encabeza el Consejo de Liberación integrado por sacerdotes y laicos.
Respecto a que la cantidad de solicitudes fue mucho mayor al de exorcismos, explicó que la persona afectada acude a la iglesia católica en cuanto empieza a sentir las molestias que en ella provoca “el maligno”, y es entonces cuando la iglesia hace lo propio, al orar por ella.
“Depende de las reacciones de las personas. Es cuando nosotros discernimos si hay alguna posesión diabólica o si hay solamente una especie de infestación corporal que pueda ser liberada con una oración…. (En los tres mil 600 casos restantes), gracias a Dios se hizo un proceso de liberación, nada más de influencia de “el maligno” en la persona, a través del pecado, a través de reacciones a las cosas de Dios, etcétera, pero no posesiones diabólicas”.
Cabe resaltar que la Iglesia Católica cataloga los exorcismos como un “sacramental”, por lo que recomienda que en vez de esperar a llegar a esos extremos, los fieles recurran a una medida mucho más fácil: el sacramento de la confesión, mismo que es voluntario y liberador para quien recurre a él.
Con relación a lo anterior, en la página de internet Catholic.net, se profundiza respecto al tema argumentando “Los sacramentos producen la gracia “ex opere operato”, o sea, todo sacramento obra, tiene eficacia por el hecho de ser un acto del mismo Jesucristo; no obtiene su eficacia o valor esencial ni del fervor ni de los merecimientos ni de la actividad del ministro o del sujeto que recibe el sacramento. En cambio, los sacramentales obran “ex opere operantis Ecclesiae”, es decir, que reciben su eficacia de la misión mediadora que posee la Iglesia, por la fuerza de intercesión que tiene la Iglesia ante Cristo que es su Cabeza. Los sacramentales producen sus efectos por la fuerza impetratoria de la Santa Iglesia”.