Ni las propuestas políticas ni las campañas son lo que de verdad define el sentido del voto de un elector, sino las emociones frente a la realidad y a los candidatos, de manera que el voto está lejos de ser una decisión racional y cambia muy poco ante ejercicios como los debates, de acuerdo con el Colegio Estatal de Psicólogos de Querétaro.
El presidente del colegio, Juan Carlos García Ramos subrayó que la política “no es tan lógica”, porque no se trata de argumentar teorías, métodos o estrategias en favor del orden social, económico o legislativo de un país y la mayoría de la población tiene apenas una idea ambigua de estos conceptos, así que vota desde el punto de vista emocional y afectivo, no desde lo lógico que es conocer los proyectos políticos.
“Si no es algo lógico, racional, estaremos hablando desde el punto de vista emocional, afectivo, como de pronto puede ser el tema de la religión o la sexualidad, entonces las personas que hablamos sobre política con nuestros compañeros del trabajo o los integrantes de la familia, lo hacemos desde esa perspectiva desde lo emocional, desde lo que nos parece que puede estar bien, de lo que nos agrada o de lo que de manera personal nos pudiera gustar o no desde el punto de vista social, político o económico y este es el punto de partida de esta elección”, advirtió.
El voto depende entonces de la manera particular en la que cada quien enfrenta su vida y las experiencias buenas o malas que acumula, que le permiten reflexionar sobre las ideas que los políticos le transmiten a la población.
“Este es el juego que los políticos tienen en este momento del proceso electoral y como es un juego divertido, emocionante, irritable, competitivo, en la población le entramos, nos divertimos y asustamos y señalamos y hacemos memes, es la parte emocional, las emociones no solamente son la alegría o la felicidad, es el enojo, la ira, la frustración y uno de los elementos que predominan en este momento en la emotividad de la población, son el enojo y la frustración, dadas las condiciones económicas y políticas y sociales que México está viviendo”, declaró.
Resaltó que las emociones no son racionales y son “poco pensadas”, de manera que puede resultar riesgoso, pero es un riesgo que se vive cada tres años y debe ser un momento para pedirle a los electores “mantener la calma” y discriminar la información que recibe, desde los medios de comunicación, hasta las redes sociales y los comentarios de otras personas.
“Lo más importante es que podamos utilizar esta situación de un nuevo sexenio, de un nuevo gobierno, para cambiar, cambia el gobernante en turno, cambian diputados y senadores y debemos cambiar nosotros, debemos hacer un cambio en nuestras actitudes, en nuestras emociones, en nuestra cotidianeidad de la convivencia con la familia, del trabajo y la participación social, porque tenemos ahí deficiencias”, alertó.