Margarita Jiménez, originaria de la comunidad de Miranda en El Marqués, acudió a la capilla de La Noria acompañada de su familia para encomendar la salud de su padre, quien sufrió recientemente un derrame cerebral.
Esta tradición ha sido una constante en la vida de Margarita, quien, desde niña, participa en las celebraciones de San Judas Tadeo, el santo patrono de las causas difíciles.
Margarita, junto con su madre, su hija y su padre, llegaron al templo para cumplir una manda.
"Cada 28 de mes venimos desde hace muchos años. Yo empecé a los siete años, desde que me acuerdo. Somos de Miranda, Querétaro. Venimos a cumplir una manda porque a mi papá le dio un derrame y se lo prometimos, que todo salga bien y le pedimos a San Juditas", comentó.
La familia lleva muchos años de devoción a San Judas Tadeo. Margarita mencionó que en otras ocasiones también ha pedido por la salud de otros miembros de su familia.
“Nosotros siempre hemos sido devotos de todo, pero más de San Judas Tadeo. Tengo otra hija que se compuso y mi mamá también estuvo al borde de la muerte, y se lo pedimos. Nos ayudó mucho”, agregó.
Margarita y su familia, como otros devotos, llegaron con figuras de San Judas, veladoras y ofrendas para pedir o agradecer favores recibidos.
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Este tipo de acciones son comunes entre los creyentes, quienes, además de participar en las misas, realizan procesiones o llevan a cabo actos simbólicos como vestir figuras del santo.
Al llegar a la capilla de La Noria, la familia se unió a un grupo de creyentes que también asistieron para rendir homenaje a San Judas Tadeo. “Yo quiero mucho a mi papá y estoy aquí para pedirle a San Judas que lo ayude a recuperarse. Él ha sido un pilar en nuestras vidas y queremos que esté bien”, afirmó.