La enfermería le dio a Marisol Flores López la capacidad deayudar a los demás, a veces por encima del dolor propio. En másde dos décadas de ejercer esta profesión recuerda casos que lamarcaron, jornadas que no se pagan con salario y sobre todo, laenorme satisfacción de cuidar a una persona y verlarecuperarse.
Desde hace más de 20 años Marisol le entrega todos los díasal ejercicio de la enfermería. A veces hasta por 12 horas. Cuentacon tres diplomados en urgencias, atención del pacienteoncológico y en cuidados intensivos y cursa una maestría enadministración de hospitales y servicios de salud.
Muchas veces le toca dejar a sus dos hijos en días festivospara ir a cuidar pacientes al hospital y aunque le duele no estarcon su familia, no hay mayor satisfacción que recibir un“gracias” como recompensa.
“Que alguien te diga gracias es lo más importante, que porlos cuidados que le des a las personas se puedan ir con salud y teabracen, te den las gracias, que se acuerden de ti”,expresó.
Hace 15 años trabaja en el Hospital General y en el Santiago deQuerétaro, donde lo mismo le toca atender urgencias, que sersupervisora o desempeñarse como jefa de enfermeras y una de lastareas de todos los días es que la gente entienda que laenfermería es una profesión integral y no un área dedicada sóloa servir de brazo derecho de los médicos o como sus ayudantes.
“Somos profesionales que fungimos actividades al mismo tiempoque la del médico. Hacemos nuestros planes de cuidado de acuerdo alos diagnósticos de cada uno de los pacientes y estás tan encontacto con los pacientes que llega un momento en el que te dueley se vuelve difícil, sobre todo los pacientes oncológicos, porqueestás con ellos 8 horas, te llevas su sufrimiento a la casa y lostratas como un familiar más”, relató.
Para hacerle frente al impacto emocional de la atención de unpaciente, las enfermeras y los enfermeros requieren apoyo para susalud mental, porque de otra forma sufren depresiones, emociones“que se desbordan” y hasta intentos de suicidios porque “elsufrimiento te pega demasiado”.
“El trabajo puede ser demasiado difícil de sobrellevar en lavida profesional. El personal del área de la salud no tiene díasde descanso, a mí, por ejemplo, me tocó trabajar el 24 y 25, el31 de diciembre y el 1 de enero en el Hospital General por la nochey no puedes hacer otra cosa, porque es lo que escogiste y laresponsabilidad que le enseñas a tus hijos de no dejar a un ladotu profesión”, señaló Marisol.
Acostumbrada a ver todo tipo de pacientes, algunos de ellos lamarcaron y no los puede olvidar. “Un paciente oncológicoextranjero, llegó con un cáncer de recto en fase inicial. Estuvoatendiéndose cinco años en el hospital y nos hicimos muy buenosamigos, después fue tan complicado poder canalizarlo que ya nopodía atenderlo, porque es difícil cuando el cariño estáimplicado en el cuidado de tu paciente”.
Su paciente falleció un 27 de noviembre, cuando ella estaba devacaciones, pero antes de irse se despidió de Marisol, como situviera la certeza de que no se volverían a ver y “me dejómarcada, porque durante cinco años viví su enfermedad, de vercuando salía a correr a un momento en el que estuvo postrado y yano podía moverse para nada”.
Madre de una joven de 14 años y de un chico de 5 años, Marisolno quiere que estudien enfermería, porque “quiero que tengan unavida plena con sus familias, que puedan disfrutar los cumpleaños,días festivos, fiestas familiares”.
“El 24 de diciembre que salí a trabajar le dije a mi hija:este es tu reflejo si quieres estudiar alguna carrera relacionadacon el área de la salud, salirme a trabajar, dejar a mis hijos,con una lágrima en los ojos es fatal, pero es lo que escogí y laresponsabilidad es lo principal en esta profesión”,subrayó.