Estamos a pocos días del 2 de octubre, fecha en la que hace 50 años perdieron la vida cientos de muchachos que defendían su derecho a la libertad de expresión, a la democracia y a la lucha contra la desigualdad. No me puedo imaginar al primer gobernador de oposición, 21 años después en 1989 con la llegada de Ernesto Ruffo a Baja California, sin esa semilla que se sembró aquel 2 de octubre.
Estoy convencido de que cada generación tiene un desafío. Para la generación de los noventa fue, sin lugar a dudas, la democracia.
Y para la generación actual los grandes desafíos son combatir la inseguridad, la desigualdad y la impunidad.
Este pasado 1 de julio los ciudadanos votaron por un cambio. Pero un cambio de fondo, no de forma. Es decir, no de simulación. La gran responsabilidad que tiene Morena con la aplastante mayoría que el ciudadano les otorgó en las votaciones no es un cheque en blanco, más bien implica una alta responsabilidad.
Siempre he creído que el momento cuando más generosidad debes de mostrar es en la victoria. Por esto considero que lo que pasó esta semana en el Senado con el llamado Acuerdo Mordaza que nos quita a los senadores el derecho que da el reglamento de los tiempos de participación bajándolos de 10 a cinco minutos en la presentación de las iniciativas y de tres a un minuto las participaciones que se dan desde el escaño.
Y el argumento de esto fue que hay mucho rezago legislativo, cuestión que no es congruente, pues con que se trabaje más horas o más días se podría compensar.
Lo más reprobable es que se haya hecho de forma autoritaria. Quisiera hacer una reflexión; si el presidente electo fuera senador y sólo se le diera el tiempo de un minuto que fue lo que autorizó su partido, al más viejo y puro estilo del PRI, no tendría de ninguna manera tiempo para plantear su verdadero posicionamiento.
El desgaste que ha tenido el grupo Morena en el Senado en gran parte se ha debido a que el presidente de la Mesa Directiva ha mostrado una falta de tacto y de oficio político, sumado a una gran soberbia de “mayoritear” y echar a andar la aplanadora saltándose las normas legales donde más se deberían de respetar.
Si la bancada de Morena se siente con la verdad absoluta y sólo hace exhibiciones de austeridad, les recuerdo que nuestro país ya maduró y que las expectativas están muy, muy altas, ya que el ciudadano está impaciente del cambio prometido.
Ese cambio que pidió el ciudadano, entre otras cosas, implica que trabajemos con una verdadera responsabilidad en nuestros puestos y no sólo hagamos una simulación. La gobernabilidad en el país y en los órganos legislativos requieren de apertura, diálogo y respeto hacia quienes piensas distinto y es que lo único cierto es que nadie, bajo ninguna circunstancia tiene la verdad absoluta.
La buena: la oposición se manifestó en contra del Acuerdo Mordaza.
La mala: Aún así pasó...
La peor: Tiene la mayoría para seguir haciéndolo.